«La publicidad sanitaria necesita una regulación especial»

La línea entre lo permitido y prohibido en la publicidad es demasiado fina y confusa. Con frecuencia ese límite tan delgado se traspasa sin sanción en la jurisprudencia. El engaño, la manipulación, la estafa y el intrusismo están muy latentes. Son solo las especificaciones matizables las que decantan la balanza legal de un lado o de otro. Los profesionales odontólogos sufren esa difusa definición legal; pero también los pacientes que no les queda otra que reclamar por una mala praxis. Este ha sido el tema central de la sesión matutina de este sábado en las décimas Jornadas Nacionales de Odontología Legal y Forense organizadas por la sociedad española de la materia.

En la primera mesa se ha escuchado la voz de los dentistas, de los consumidores y también la de los magistrados. Y a grandes rasgos, el principal punto de encuentro al que han llegado es que hay que proteger más a los profesionales cualificados y a los usuarios frente a la proliferación de clínicas y franquicias que carecen de la necesaria cualificación y que buscan ante todo el lucro y el negocio aprovechando esa indefinición publicitaria.

El presidente del Consejo General de Odontólogos y Estomatólogos de España, Alfonso Villa, ha manifestado que si bien la publicidad es «necesaria, igual que es necesario estar informado, no puede dejarse que se regule sola». El máximo representante de los dentistas del país se ha mostrado contrario a la autorregulación y ha precisado que la entidad de vigilancia que se creó en su día a instancia de los propios publicitarios, el llamado órgano de Autocontrol, tiene solo la ventaja de «rapidez frente a los juzgados, que cargados de asuntos andan más despacio, pero también presenta el problema de su carácter voluntario».

«Juegan con la salud»

Otra crítica a sumar por parte de Villa es que percibe «una excesiva permisividad» en la regulación de las prácticas publicitarias, apoyada en parte por un escenario de «divorcio entre atribuciones y competencias». En este sentido, ha citado los negocios dedicados a piercings y tatuajes y ha lamentado su escasa profesionalización.

Por su parte, el Luis Manuel Lamata, abogado de la Asociación de Consumidores de Torre Ramona, también ha puesto el dedo en la llaga de la publicidad engañosa a la que está expuesto el paciente. El letrado ha concretado tres puntos que concitan el rechazo y la preocupación de su organización. Uno es el de las garantías de por vida que ofrecen algunas franquicias y clínicas y que son «falsas». Los odontólogos de la sociedad española también han puesto el grito en el cielo en este asunto porque «juegan con la salud del paciente», han coincidido los profesionales. De ahí que Alfonso Villa haya reclamado este foro que se celebra en Segovia que «la necesidad de que publicidad sanitaria sea especialmente regulada porque trata sobre algo que es especialmente sensible como es la salud». En esta línea condenó también el uso de señuelos o reclamos en campañas de propaganda de negocios que carecen de la cualificación pertinente.

El segundo de los puntos objeto de la reflexión crítica del representante de los consumidores se ha centrado en «la oferta de prestaciones que se publicitan gratuitas y que ya deben ir dentro del tratamiento». Es el caso, por ejemplo, de la supuesta ventaja que 'venden' este tipo de macroclínicas de quitar los puntos al paciente intervenido cuando se algo consustancial a la asistencia profesional.

Información por escrito

Y el tercer asunto al que se refirió Lamata fue la información que ha de recibir el usuario. Y aquí ha pegado un toque de atención a los propios odontólogos, porque no todos aprueban esta asignatura y no dan esa información por escrito.

El abogado de la asociación de consumidores ha puesto en solfa las fórmulas de financiación que ofrecen las grandes cadenas y que, en el fondo, no representan un ahorro frente a los precios que ofrecen los dentistas colegiados. Luis Manuel Lamata ha advertido de los riesgos que entrañan los contratos vinculados, los cuales dejan en situación de desamparo al paciente. Por eso, ha abogado por «un contrato de financiación único y transparente, que todo el mundo pueda comprender».

En esta línea, el presidente del Colegio General de Odontólogos y Estomatólogos también ha avisado del cuidado que hay prestar a «la letra pequeña de las pólizas de seguro».

La sesión también ha contado con la visión legal. El que fuera presidente de la Audiencia Provincial y actual magistrado de la sala segunda del Tribunal Supremo, Andrés Palomo, ha repasado la jurisprudencia al respecto de la publicidad engañosa. Y la conclusión es que aún es «un delito de nuevo cuño» y algo difusa pese a estar tipificada en el Código Penal tras la introducción hecha en 1995. «La atomización del sector también se ve en la normativa», concreta Palomo. Esta circunstancia de se reflejan en unos «resultados que son de momento muy parcos a pesar del intento de tipificación».