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SEMANA SANTA

La Virgen del Rocío y Cristo Resucitado se encuentran en la Plaza Mayor ante el fervor popular

Cientos de personas siguen las procesiones de las dos tallas hasta la Catedral

Miguel Ángel López

Domingo, 20 de abril 2014, 20:45

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Cuando la imagen de la Virgen del Rocío llegaba a la Casa de los Picos, a las 11:20 de este domingo, el trono con la talla de Cristo Resucitado estaba preparado para salir desde la huerta del convento de las Madres Dominicas. Nuestra Señora del Rocío, portada en andas por costaleros de la hermandad rociera y acompañada por la banda de la Unión Musical Segoviana, había salido mucho antes, a las diez, del convento de Santa Isabel para emprender el largo camino hasta la Plaza Mayor, donde ha llegado unos minutos después de las doce en esta prolongada Procesión del Encuentro, la última de la Semana Santa segoviana.

Cientos de personas han esperado a llegada de ambos pasos en la Plaza Mayor, con un cielo encapotado de nubes altas y una temperatura propia del comienzo de la primavera, casi diez grados inferior a la del sábado. La salida de la imagen de Cristo Resucitado la talla de tamaño natural realizada por un artesano anónimo en el último tercio del siglo XVI que se venera el resto del año en la iglesia de San Millán se ha adelantado un par de minutos, pero el itinerario no ha sido el previsto en el programa oficial, pues en lugar de partir de la calle Trinidad lo ha hecho desde la huerta del convento de las Dominicas, para seguir después por la calle Capuchinos Alta.

La salida por la puerta inferior del convento ha mostrado la pericia de los portadores, miembros de la Cofradía de La Esclavitud, del Cristo del Mercado, y de la Feligresía de San Andrés, que han tenido que sacar el trono en cuclillas; luego han encontrado una dificultad más en el giro de la calle Capuchinos Alta hacia la calle Trinidad, y después han desfilado con el ritmo acostumbrado, con los diez estandartes de las cofradías y hermandades delante y la banda de cornetas y tambores El Cirineo detrás, a los que han seguido la alcaldes, Clara Luquero y varios concejales junto al presidente de la Junta de Cofradías, Miguel Ángel Hernández, y el pregonero de esta Semana Santa, el coronel Emilio Montero.

El recorrido del Cristo ha continuado por la plaza de Guevara, las calles Miguel Canto Borreguero y Serafín para llegar hacia las 10:05 al final de Cronista Lecea. Mientras, la Hermandad del Rocío, acompañada por los hermanos, un buen número de mujeres ataviadas con mantillas blancas y la banda de la Unión Musical Segoviana, ya había llegado a la Plaza Mayor, completando un itinerario con muchas paradas, dada la longitud, el peso del trono y las dificultades para transitar por la calle de Las Moreras, la acusada pendiente en descenso de Teodosio el Grande y la subida después por Cervantes, Juan Bravo e Isabel la Católica; algo más de dos horas han tardado los hermanos de la Cofradía del Rocío en completar el recorrido.

El Encuentro

Ambos pasos se han encontrado en la cercanía de la puerta de San Frutos de la Catedral, tras bordear la imagen del Cristo la elipse por la derecha. Detenidos durante unos minutos para enfrentarlos en el Encuentro, cada evolución de los costaleros perfectamente dirigidos ha provocado el aplauso de los cientos de personas presentes en la plaza. Hacia las doce y veinte, el trono de la Virgen del Rocío se ha inclinado tres veces hacia adelante, con el rostro hacia Cristo Resucitado, en medio de una ovación prolongada que ha dado paso a la interpretación del Himno nacional por la banda de la Unión Musical Segoviana.

Luego, con otras paradas de descanso y el giro para encarar la entrada de la Catedral, ambos pasos se han dirigido al templo, en cuya puerta el Cristo, puesto de espaldas, ha realizado el 'baile' que caracteriza los desfiles de la Feligresía de San Andrés. Faltaban pocos minutos para la una cuando la Virgen del Rocío ha entrado en la Catedral, donde el obispo de la Diócesis, Ángel Rubio, ha pronunciado unas palabras de bienvenida antes de presidir la Misa de Pascua e impartir la Bendición Papal a todos los asistentes.

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