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DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER

Un caso de violencia machista entra al día en el Juzgado 5 de Ponferrada

Los jueces corroboran que detrás del maltrato en el ámbito juvenil existen, cada vez más, conductas de sumisión asumidas por las chicas

M. J. PASCUAL

Miércoles, 5 de marzo 2014, 21:10

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Es un penoso récord, pero Ponferrada lo tiene: En el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 5 entra, de media, un caso de violencia contra la mujer al día. En el resto de juzgados especializados de Castilla y León, aunque la media no resulte tan tremenda, también la estadística resulta contradictoria si se compara con la que facilita el Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) que, con los últimos datos del tercer trimestre de 2013, ofreció este titular: «Bajan las denuncias por violencia de género y aumentan las renuncias». Este órgano contabilizó en España 2,3% de denuncias menos. Dio además el dato de que, en el último lustro, desde el comienzo de la crisis, habían bajado un 9,6% los casos, y se abundaba en «la tendencia descendente». Pero en Castilla y León hay una realidad contumaz: la que palpan los jueces de Violencia de Género. Según tres de los magistrados que más casos de malos tratos llevan en toda la comunidad, en el último lustro no solo no han bajado las cifras, sino que, incluso, en algunos juzgados se haría necesario un refuerzo. Esta es la radiografía.

1 Según el Observatorio de Violencia de Genero ha bajado el volumen de asuntos. ¿Tiene usted esa percepción?

Emilio Vega González, responsable del Juzgado de Violencia de Género número 1 de Valladolid, se muestra escéptico ante la estadística y ese supuesto descenso que, asegura, «en nuestro trabajo apenas se nota». El pasado año se incoaron en su juzgado 1.192 denuncias (directas en el juzgado y por atestado) y se tramitaron 340 órdenes de protección. Al año se elevan al Juzgado de lo Penal por delitos de maltrato unos 500 procedimientos, y es excepcional el número de delitos extremadamente graves que terminan en la Audiencia Provincial. El magistrado insiste en que «aquí ves el caso concreto, no si crece la estadística».

Teresa Gonzalo Rodríguez, que está al frente del Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Burgos desde su creación en 2010, indica que «no hay una tendencia constante y con visos de una disminución en el número de asuntos; puede haber picos, pero una tendencia en el tiempo y con visos de continuar, no». Puntualiza que en los primeros momentos de la crisis sí se detectó en su juzgado que se interponían menor número de denuncias «porque a la mujer le condiciona mucho la falta de independencia económica». Pero la media, insiste, se mantiene en torno al medio millar de asuntos al año.

La provincia de León es históricamente «muy litigante» en comparación con el resto de provincias de la comunidad, pero no deja de sorprender el importante volumen de asuntos que concentra por si sola la capital del Bierzo. El partido judicial de Ponferrada tiene cinco juzgados de primera instancia e instrucción, uno de lo penal y otro de lo social, y da servicio a 131.340 habitantes (según el último censo del INE de 2012, Ponferrada tiene 68.549, a los que se suman los de los municipios del entorno). El segundo municipio de León es más grande que las capitales de Zamora, Ávila y Segovia, y ello explica en cierta forma el importante volumen de asuntos judiciales que se tramitan y, por ende, el mayor número de los casos de maltrato.

En el Juzgado número 5, durante el año pasado, entraron 1.022 asuntos civiles y se abrieron 1.542 procedimientos penales. De ellos, 292 asuntos son de violencia sobre la mujer, «lo que supone una media de más de un asunto de violencia de género por día hábil», confirmó el magistrado Ignacio Candal, titular de dicho juzgado. Se solicitaron 106 órdenes de protección, sin contar las tramitadas a través de los juzgados de guardia.

2 ¿Cuál es la mayor dificultad con la que se topa en su trabajo?

Un ejemplo sonrojante de falta de medios es en el Juzgado de Instrucción número 5 de Ponferrada, que ni siquiera es juzgado único de Violencia, de manera que el juez, además de ocuparse de los asuntos 'ordinarios' que llegan a su despacho, tiene encomendados los de maltrato. Y el partido judicial de Ponferrada lleva más casos de violencia machista que cinco capitales de provincia: Ávila, Palencia, Segovia, Soria y Zamora. Pero, para realizar su trabajo, dispone del mismo número de funcionarios que cualquier otro de Ponferrada, puntualiza su titular: seis, más un funcionario de auxilio judicial. Candal lleva dos años pidiendo, sin mucha fortuna, un funcionario de apoyo. «Mi percepción es que, así como en el conjunto de delitos se aprecia un ligero descenso, respecto dela violencia contra la mujer la cifra se mantiene, e incluso en 2013 hay un pequeño repunte», indicó respecto de la estadística. «Echamos más horas que el reloj», asume.

El magistrado vallisoletano Emilio Vega apunta que el gran problema con el que se topa el juez en estos casos es la prueba. «Y ello puede llevar a producir cierta frustración en la víctima, porque hay confusión entre la percepción social de lo que es un maltrato y el delito de maltrato». Pone de ejemplo que «puede haber una mala relación de pareja, donde se produce infidelidad y falta de atención pero ¿es un delito? La persona puede percibirlo como un maltrato, pero penalmente no lo es, no hay dolo. Por eso tenemos que asirnos a criterios técnicos: yo investigo si se ha producido un delito, no somos terapeutas», aclara.

Ana Gonzalo confiesa que lo que más le trae de cabeza es «qué va a pasar con los hijos» de víctimas y agresores. «La mayor dificultad es tutelar de manera efectiva y adecuada los intereses de los menores que han vivido un ambiente de violencia de género. Tenemos que decidir lo que es mejor para ellos, en especial, respecto del presunto agresor, que no deja de ser su padre». Porque, subraya, «a veces parece que son las víctimas de segunda: ellos están en medio y no se les presta la debida atención».

3 ¿Cuáles son los casos más recurrentes?

La mayoría son por lesiones menores o agresiones sin lesiones y amenazas. «Es cierto que siempre para la víctima lo que le ocurre es grave, pero desde el punto de vista penal, la mayoría de los asuntos que nos llegan son de esta entidad. Lo más recurrente en Ponferrada son las agresiones sin lesiones o, si hay lesión, es muy pequeña», señaló Ignacio Candal.

En Burgos, indica Teresa Gonzalo, lo más habitual son «los malos tratos de obra, que pueden derivar o no en lesiones (golpes, empujones, patadas, puñetazos). Después son muy abundantes las amenazas y coacciones y, en tercer lugar, la violencia sostenida en el tiempo».

4 ¿Cuántas mujeres son de origen inmigrante? ¿Ha descendido el número por la crisis?

Respecto de la nacionalidad de las víctimas indica el juez de Ponferrada que «hay de todo, españolas y extranjeras, sudamericanas en un porcentaje muy importante de las denunciantes». ¿Es un problema cultural? «Es un asunto muy complejo. Se trata de una parte de la población que agrede más, pero que denuncia más también». Sus homólogos están de acuerdo en que no existe «un perfl», pero sí que muchas son extranjeras (un 20% en Burgos), aunque hay cierto descenso porque seguramente han vuelto a sus países como consecuencia de la crisis. Pero el número sigue siendo considerable en proporción a la población: en el juzgado de Vega, de los 1.192 procedimientos incoados en 2013, 891 tenían víctimas españolas y 301, extranjeras.

5 ¿Internet es terreno abonado para la violencia de género?

Con Internet, la cosa se complica aún más, reconocen todos. «Ya se ha convertido en un porcentaje muy importante de las denuncias, básicamente en las amenazas», subraya el magistrado Candal.

6 ¿Se ha observado un descenso en la edad de víctimas y agresores? ¿Nota que las chicas asumen conductas machistas?

Lo que fue bosquejado en 2011 por el 'Proyecto Detecta' un estudio de la Junta sobre la población adolescente y la violencia machista, es hoy una evidencia constatada por los jueces. La Fiscalía también alerta de un aumento del 33% en la violencia machista protagonizada por jóvenes. Candal apunta que es más que evidente «el sometimiento voluntario de la chica, que acepta papeles de sumisión respecto del varón». Para Vega, desde el punto de vista cualitativo, «llama la atención que con tan solo 18 años (el juzgado conoce cuando el autor de la agresión es mayor de edad) tengan actitudes del tipo 'no me pongo falda corta porque no me deja mi novio' o, si tiene celos es que me quiere'». Es inquietante, subraya la magistrada Teresa Gonzalo, que en sus relaciones cotidianas, tanto unos como otras, admitan apelativos como 'puta' y 'zorra' con naturalidad y no les suenen las alarmas.

En el estado de Whatsapp: «Te voy a matar»

«Con Whatsapp y Facebook es la locura», denota el magistrado Vega. Los maltratadores utilizan sus muros para el insulto, la foto de contenido sexual y la amenaza. Se ha dado el caso de alguno que ha sustituido el «disponible» en el estado de su cuenta por un «te voy a matar». Claro, «no puedes probar a quién va dirigido». Antes, el agresor se limitaba a ir a la puerta de la vivienda de la víctima, pero no se podía dirigir a ella. Ahora las tecnologías son un elemento más de control. «Es complicadísimo investigarlo, tanto para nosotros como para la policía», reconoce, «y a veces es desproporcionado el gasto de medios, porque hay que mandar el ordenador a Madrid y pueden tardar dos años en chequear el contenido».

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