Seis museos llevan piezas y talleres a personas con alta discapacidad

Discapacidades sobre discapacidades. Si a problemas serios de movilidad se le suman carencias sensoriales o enfermedades que alejan la autonomía del día a día, las dificultades para recorrer la calle y sus mundos se antojan casi imposibles de superar. Los centros de arte, patrimonio, culturales o los museos se han esforzado en borrar barreras arquitectónicas, con éxito en general; pero aún hay personas que sufren tales incapacidades que no pueden llegar a sentir y palpar las luces de una pintura, las formas de una escultura o los secretos de la restauración y los talleres.

Por ello, para sacar de este claustro a muchas personas con un alto nivel de discapacidad, la asociación de parapléjicos y minusválidos Aspaym les llevará el arte a sus vidas. 'Los museos salen a la calle' es el acertado nombre para una iniciativa que, aunque probada de forma individual, nunca se había llevado a efecto de forma integral y con el prisma de una actividad psicopedagógica. Así, grandes museos de Valladolid acercarán piezas, audiviosuales, talleres y toda su rutina diaria de adquisiciones de bienes, de distribución o de restauración hasta la casa de Aspaym, a sus residentes fundamentalmente; aunque la actividad se extienda a todas las personas del centro incluso si su problema de movilidad o psíquico no les impide acudir directamente a los museos.

Son entre 60 y 70 las personas con necesidades realmente especiales y seis los museos que acercarán sus secretos siempre en el mismo horario, a las 11:30 horas. Así, este mismo jueves abrirá el ciclo de visitas la Colección de Arte Africano Arellano Alonso de la Universidad de Valladolid y le seguirán el Museo Nacional de Escultura; el Oriental, el de la Ciencia, el Patio Herreriano y cerrará la colección el Arqueológico, el día 26 de mayo. Cuatro meses de acercamiento a la historia y al arte en unas jornadas que tuvieron su inicio el pasado viernes con una intervención sobre 'Ciudadanos por la defensa del Patrimonio de Valladolid'.

En esta primera edición -el programa nace con vocación de continuidad- todas las entidades que participan dedicarán la primera hora a realizar una exposición introductoria del museo, hablarán de la historia y características del mismo, así como de las colecciones que tienen expuestas. La media hora restante, explican fuentes de Aspaym, servirá para realizar actividades «más distendidas con los asistentes, algunos museos llevarán reproducciones de sus obras expuestas y otros plantearán pequeñas actividades para fomentar la interacción. Tras esta primera edición, Aspaym Castilla y León piensa en ediciones posteriores, de forma que las sesiones se enfoquen a temas referidos con el arte, y así, cada museo aportará una característica diferente dentro de la misma temática».

Según explica Begoña Pérez, psicopedagoga de Aspaym, «los museos cada vez están más adaptados y sensibilizados hacia las dificultades de estas personas, ahora han dado un paso más y acercan sus colecciones a las personas que además de estar en silla de ruedas tienen comorbilidades, problemas visuales o de audición... algunos incluso están con respirador o sonda con lo cual es imposible sacarlos de la residencia de Aspaym». Explica esta responsable de la asociación que «antes se han llevado a cabo experiencias puntuales y aisladas de determinados departamentos; pero esta fusión, con claros argumentos psicopedagogos y con esta relevancia social y cultural es la primera vez que se lleva a efecto».

Una usuaria

María Ángeles Bronchút, una vallisoletana «nacida en la mísmisima plaza de Santa Ana», no es de las personas con discapacidad con mayores dificultades para participar en actividades de la ciudad; pero manifiesta todo su entusiasmo «porque lleven los museos hasta Aspaym porque muchos de mis compañeros no pueden disfrutar del arte, de la pintura o la escultura, formarse, conocer nuestra historia, formar la sensibilidad». María Ángeles, en silla de ruedas desde hace 16 años por una enfermedad deteriorante (corea de Huntington), disfruta tanto en las visitas a un museo que nada más entrar al del Patio Herreriano echo 'a correr', con su silla eléctrica, por los pasillos dejando atrás a sus acompañantes en un recorrido por este centro de arte contemporáneo como preámbulo del ciclo.

La Colección de Arte Africano de Arellano Alonso que acoge el Palacio de Santa Cruz estrenará este viaje hacia la discapacidad. Su directora, Amelia Aguado, explica que «la colección que acoge el museo es frágil porque las piezas están elaboradas en terracota; pero tenemos cuatro reproducciones realizadas por buenos artistas y con el mismo material que llevaremos, al menos dos - hay otras dos que están en la exposición 'La belleza' en Burgos y tal vez no nos lleguen a tiempo- y pediremos, lo hacemos siempre y es algo inusual en un museo, que toquen las piezas. Esto permite transmitir mejor una técnica que da apariencia de bronce y realmente es barro con una pátina o un pulido que le da aspecto metálico. Son piezas del siglo XII y son realmente sorprendentes si se comparan con lo que se hacía en Europa». Un audiviosual permitirá apoyar las imágenes de forma didáctica.

Cada museo presenta una propuesta según las posibilidades de sus tesoros. Así, el de Escultura, que cerrará el ciclo y que suma una buena trayectoria en accesibilidad y ya ha sacado de sus muros su arte a aulas hospitalarias o talleres infantiles, trabajará por primera vez con Aspaym. Según explica Ángeles Polo, responsable de Conservación del centro nacional, «daremos un paseo por el museo más oculto, porque es habitual conocer las colecciones expuestas, también a través de retablos o muestras religiosas, pero esta parte es nueva. También buscaremos mostrar la delicadeza de la restauración, el ambiente de humedad y temperatura necesario para conservar las obras de arte, cómo adquirimos las obras... o los trabajos de investigación para completar la historia de la pieza».