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Entrada a la urbanización Fuente Berrocal desde la Ronda Norte.
La 'banda del minuto' roba chalés en Valladolid cercanos a autovías
sucesos

La 'banda del minuto' roba chalés en Valladolid cercanos a autovías

La Policía investiga si los robos exprés los comete una célula residente fuera de la provincia

M. JESÚS PASCUAL

Sábado, 22 de febrero 2014, 11:08

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Fuente Berrocal. Santa Ana. Covaresa. Tres zonas residenciales de la capital que tienen tres cosas en comün. Una: contabilizan 24 asaltos a chalés en tan solo 11 días, lo que rompe la estadística criminalística de Interior en Valladolid (el pasado año descendieron los robos con fuerza en viviendas respecto de 2012 más de un 9%, al pasar de 875 a 789). Dos: todas las viviendas se encontraban habitadas en el momento de los robos, una circunstancia hasta ahora excepcional. Y tres: todas ellas se encuentran próximas a autovías o vías de alta capacidad para garantizar una huida segura a los asaltantes. Desde Fuentes Berrocal es rápido el acceso a la Autovía de Castilla (A-63) en dirección Salamanca o Palencia; desde Santa Ana se cogen fácilmente la Ronda Exterior, la Avenida de Salamanca y la A-62; y desde el residencial Covaresa, las dos rondas están a tiro de piedra (VA-20 y VA-30).

Las pesquisas de la Policía Nacional se centran ahora en identificar a los integrantes de la que ya empiezan a llamar la banda del minuto, porque los autores de estos robos no deambulan por la propiedad ajena más de sesenta segundos y se marchan rápidamente con todo lo de valor que pueden arramplar en ese corto espacio de tiempo. Un vehículo en marcha espera enfilado hacia la vía de alta capacidad más próxima para garantizarse una huida segura.

Los investigadores trabajan con la hipótesis de que estos robos exprés hayan sido cometidos por una célula itinerante, a la manera de las bandas que han sido detenidas recientemente y que dieron numerosos golpes en viviendas de las provincias de Segovia y Soria, y que la mayoría de sus integrantes residían en Madrid. La otra línea de investigación es que se trate de un grupo de delincuentes de aquí, viejos conocidos de la Policía. Pero todos los robos parecen tener la misma firma.

En lo que están de acuerdo las fuentes consultadas es que «no son profesionales» aunque sí «muy hábiles». Tampoco son unos niños, tendrán entre 30 uy 40 años y actúan varios, al menos dos en cada golpe. Se arriesgan a entrar de madrugada en los chalés y adosados saltando de tapia en tapia, atraviesan el jardín y solo «trabajan» en la planta baja. Arramplan en un minuto con los objetos de valor y dinero que están a la vista en el salón y la cocina. Son sigilosos. No desordenan ni rebuscan, ni suben a las habitaciones. No quieren problemas, pero corren el riesgo de que la familia se despierte y pueda ocurrir un incidente violento, «aunque por el momento han tenido suerte porque actúan deprisa y no parece que sean violentos», señalan. En los patios, a medida que huyen saltando de tapia en tapia, van dejando detrás de sí carteras vacías y mochilas. Incluso ha habido casos en que ni han cogido móviles y tablets y solo se han llevado el dinero en metálico, casi siempre cantidades menores: 50, 70 u 80 euros, y algunas joyas. No les interesa, en principio, llevarse las tarjetas de crédito.

Alarmas

Desde la Subdelegación del Gobierno de Valladolid se apela a la colaboración ciudadana y se realiza un llamamiento a los vecinos para que avisen a la Policía de inmediato en cuanto observen movimientos extraños en el entorno de sus domicilios, salte la alarma o ladre el perro. Recuerda el subdelegado, José Antonio Martínez Bermejo, que el convenio suscrito entre el Cuerpo Nacional de Policía y la Policía Municipal del Ayuntamiento de Valladolid para que se persone en el lugar la patrulla que más cerca esté «permite que los agentes lleguen en menos de cinco minutos». Y otra recomendación esencial: «Si el dueño de la casa sorprende al intruso o los intrusos, que no se les enfrente».

De momento, los que ya se han puesto manos a la obra han sido las empresas instaladoras de alarmas para hacerse con nuevos clientes en estas zonas periféricas de la capital, aprovechando la psicosis creciente, porque lo cierto es que el 80% de los vecinos que han sido víctimas de asalto a sus domicilios confiesan en el momento de interponer la denuncia que, aunque tienen un distintivo disuasorio colocado bien visible en la fachada del chalé, no tienen alarma alguna. Ni conectada ni sin conectar.

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