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Vecinos congregados en honor a Santa Brígida, en Fuentepiñel. / J. C. L.
Al calor inmemorial de Santa Brígida
FESTIVIDAD POPULAR

Al calor inmemorial de Santa Brígida

Cerca de cien vecinos de Fuentepiñel cumplen con la tradición de honrar a la santa irlandesa en torno a una hoguera

J. CÚELLAR LÁZARO

Sábado, 1 de febrero 2014, 16:23

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Cerca de un centenar de vecinos de Fuentepiñel se han reunido un año más en torno a la hoguera que esta pequeña población segoviana enciende desde tiempo inmemorial en honor a Santa Brígida, la santa irlandesa cuya festividad se celebra el 1 de febrero. Nacida en Faughart en el año 450, hija de un príncipe del Ulster y de una esclava católica suya, ejerció por su condición la servidumbre hasta que el rey la liberó por su extraordinaria piedad, entrando en religión y fundando cuatro monasterios, el principal el de Kildare, del que fue abadesa. Murió el día 1 de febrero del año 525 después de haber instituido también una escuela de arte y trabajos sobre metal y alumbrado.

Se desconoce cuándo y cómo llegó a Fuentepiñel la devoción por esta santa, de la que apenas existen en España iglesias o ermitas con su advocación. Tampoco se sabe el año en que pudo construirse la ermita primitiva, pero sí que ya en 1632 recibe donaciones testamentarias. Tiene planta rectangular y en su fábrica se aprecian, al menos, tres fases constructivas claramente diferenciadas entre sí. La más aparente, y con toda probabilidad la más antigua, es la esquina del ángulo suroeste, construida con buena sillería, a diferencia del resto del edificio, más pobre en sus materiales constructivos.

La primera restauración de que la que se tiene constancia en los libros parroquiales de la iglesia del pueblo, aunque existirán seguramente otras anteriores, es de 1727. La intervención no debió de ser muy consistente pues entre 1755 y 1762 consta que estaba arruinada. Su rehabilitación debió de llevarse a cabo en 1768. La imagen de la santa se hizo en 1730.

Contribución devota

Con la Desamortización, a mediados del siglo XIX, se incauta de sus bienes el Estado y ha de ser sostenida por la piedad de los fieles. De propiedad municipal, el año 2009 se llevó a cabo una profunda restauración ya que el tejado estaba amenazando ruina. El montante total de la obra ascendió a unos 26.000l euros, de los cuales 12.000 corrieron a cargo de la devota Pilar Arranz y el resto los aportó el Ayuntamiento.

A sus pies se alza una pequeña espadaña que alberga un gracioso campanillo, y sin duda lo más llamativo de la construcción es una pequeña fuente que se halla embutida en su pared en la esquina noroccidental y que se relaciona con la época condal (siglo X) por la forma de herradura del arco que la cubre. Nadie recuerda que haya dejado de manarpor muy graves que hayan sido las sequías, por lo que tradicionalmente ha sido de una gran utilidad para el pueblo.

La hoguera se enciende al caer de la tarde y se mantiene durante varias horas en las cuales, sobre todo por parte de los vecinos, se reparten bollos, pastas y vino a todos los que se acercan a disfrutar del festejo. No faltan los cantes y los bailes, mientras se volea el campanillo. En los últimos años, se ha convertido ya en costumbre cenar en torno a la luminaria a base de parrilladas de chorizo, panceta, morcilla o chuletas, así como de patatas asadas, aprovechando las ascuas generadas.

La celebración se clausura con el canto de la Salve en honor de la Santa en el interior de la ermita, delante de su imagen barroca.

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