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Sara R. Gallardo, en la librería A Pie de Página. :: RAMÓN GÓMEZ
La poeta de impúdico verbo
LIBROS

La poeta de impúdico verbo

La leonesa Sara R. Gallardo prepara un nuevo poemario tras su primera publicación en solitario, 'Epidermia'

VIRGINIA T. FERNÁNDEZ

Sábado, 4 de enero 2014, 13:38

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Sara R. Gallardo (Ponferrada, 1989) succiona la realidad, la traga con esfuerzo y se le indigesta, la vomita. O la degusta con fruición, la digiere plácidamente, su cuerpo la asimila, sin perjuicio de expulsar a su tiempo lo desechable. La poeta y periodista Sara R. Gallardo «toma la realidad como algo que sentir», dice. Ama y repudia con igual intensidad, se declara «extremadamente realista» y a la par peligrosamente sensible y expresiva. Su escritura lo atestigua. Apuntaba (estas) maneras impulsiva, intensa, fragmentaria en la red, antes de que la editorial almeriense El Gaviero se fijara en ella y le ofreciese la posibilidad de «hacer el libro que siempre había querido escribir». Así nació en 2011 el poemario 'Epidermia'.

Antes de su primera publicación en solitario, la joven poeta había aparecido en la antología 'Tenían veinte años y estaban locos' (La Bella Varsovia, 2011), y era miembro activo del movimiento asociativo literario de la Facultad de Periodismo de la Universidad de Valladolid. Como alma inquieta y multitarea que es, rasgo propio de su generación, Gallardo simultaneaba entonces muchas actividades (prensa, radio, colaboraciones en revistas literarias), pero por encima de todas ellas emergía una con singular nitidez; la poeta se había labrado un nombre en la red como proveedora de relámpagos en la tempestad de letras que es su blog, http://retalesdetormenta.blogspot.com.es.

No se entiende 'Epidermia' sin conocer a la Sara R. Gallardo anterior al poemario en papel donde formula una escritura esbozada, «como retazos o trazos a carboncillo», retales, «apuntes rápidos». Virtualidad como parte indisoluble de la realidad. Escritura condensada debido a una «incapacidad narrativa» declarada (que no lo es en realidad) cuando se le pregunta por ese limbo al que parece que 'condena' lo narrativo en favor de un estilo indefinido, entre la poesía y la prosa: «Cada uno de nosotros, de lo único que puede saber es de uno mismo y tampoco demasiado. La vida es una indagación en nosotros mismos. Cuando me pongo a escribir narrativa soy incapaz, de momento, en estos momentos de mi vida, de crear personajes. Tiene que ver con no haber vivido lo suficiente. Me faltan experiencias y madurez. Ahora, cuando intento crear un personaje acabo creándome a mí». Se crea y se recrea en 'Epidermia' que es ella y el dolor de la corporalidad que la ata al suelo: «El cuerpo es lo primero, es lo que no es el mundo, lo que que me conecta con el mundo y a la vez lo que me separa de él», reflexiona.

La adolescencia recién abandonada, la pena del desamor, lo carnal expresado con desgarro están muy presentes en un poemario que se divide en tres partes: la primera, 'Cuaderno de rastrojos', aforística (La tarde me viola/ sin piedad/ el desconsuelo); una segunda, 'Historial', «más experimental», cercana al relato, y 'Cartas mitológicas', el último tramo del libro que deriva hacia lo confesional, el «flujo de la conciencia».

En su «antipoesía» yace el deseo de ruptura con toda norma estética y una aflicción: la «imposibilidad de trasladar el pensamiento a través del lenguaje. Lo que pretende mucha gente que escribe es guardar algo en las palabras, pero una vez que te pones a escribir te das cuenta de que el lenguaje no es más que un instrumento, un artefacto. No es perfecto ni puede contener el pensamiento» (resignada, renuncia a la sintaxis en algunas composiciones), aunque ella milite en la expresión lírica porque, asumida esa angustia, «la poesía es el único lenguaje que tiende a la verdad». La poesía es «el lenguaje más sincero, lo que busca la pureza de las cosas».

Nuevo poemario

Ha cambiado Postdam por Madrid, donde ahora estudia el máster de Teoría y Crítica de la Cultura en la Universidad Carlos III. En Alemania terminó la licenciatura de Periodismo. Durante dos años fraguó en el país teutón lo que será su próximo libro, «un poemario que formalmente se parece un poco a la primera parte de 'Epidermia'. Son poemas cortos con un hilo narrativo que impregna todos ellos, y todos se pueden leer desde el poema anterior o el siguiente. Tiene también algo de puzle pero con un hilo argumental», adelanta la escritora ponferradina. El nuevo proyecto literario surge del sentimiento de sentirse extranjero, lejos de la familia, la tierra, las raíces. «Estar ahí pero ser otra», sentirse extranjera frente a los demás y frente a una misma: «Tienes unas vivencias en las que no te reconoces pero que siempre acaban regresando a ti, y tú vuelves a ser tú». De ello, de lo contradictorio pero enriquecedor de su experiencia europea habla en el nuevo poemario del que aún no revela su título. Antes de buscar editor, tiene que «reposar», confiesa Gallardo, «cuajar un poco», sostiene enigmática.

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