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El alcalde muestra a Richard Rogers la zona del soterramiento en octubre de 2005. / H. SASTRE
Alta Velocidad mete un hachazo al plan Rogers
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Alta Velocidad mete un hachazo al plan Rogers

El coste del soterramiento cae 168 millones por la depreciación del suelo

J. A.

Jueves, 12 de diciembre 2013, 19:52

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Parte de la culpa de la información que a continuación va a leer la tiene la ministra de Fomento, Ana Pastor. Sí, esa mujer que no cree en cuentos de la lechera con las grandes operaciones ferroviarias y que busca obras sostenibles, adaptadas a tiempos de aprieto. Sus palabras hace dos semanas levantaron una polvareda en las bancadas de la oposición municipal. Izquierda Unida ya ha enviado una carta al alcalde para reclamarle información sobre qué ajustes se han realizado en el Plan Rogers y Puente le exigió, en el último pleno, explicaciones claras, ya que, a su juicio, «no darlas es tomar el pelo a los ciudadanos».

Pues bien, mientras los políticos mantienen vivo el debate sobre la macroperación que, aseguran, cambiará Valladolid algún día, los técnicos de la Sociedad Alta Velocidad y de la Oficina Ferroviaria han metido un hachazo considerable al proyecto para hacerlo viable. Y es que los números cantan. Si en 2010 el suelo liberado para 6.000 viviendas se valoraba en 948.971.000 euros, el último informe de los tasadores de Tinsa (diciembre de 2012) lo depreciaba a los 794.365.455, un 19% menos, que podría caer aún más si el mercado inmobiliario no se reactiva. Conscientes de que las fábulas no tienen futuro en esta época de crudas realidades, la sociedad que gestiona el proyecto ha abordado unos ajustes, aún sobre plano, que rebajan el coste de la obra en 168 millones de euros, un 23% menos de lo previsto. Así, de los 903 millones que iba a costar un soterramiento de lujo, se pasará los 735 de una obra funcional sin gestos de nuevo rico. ¿De dónde se recorta? Ahí van los tijeretazos más destacables.

Adiós al supertúnel para coches. Era uno de los 'extras' que iba a dar esplendor al entorno de la estación. Con una longitud de 780 metros, hacía desaparecer bajo tierra todo el tráfico de vehículos que ahora circulan por el Paseo de Arco de Ladrillo. Su coste: 29,9 millones. Sus prestaciones: máximas. Cámaras de videogilancia con una caseta incluida para que un operario vigilara las 24 horas el tránsito de turismos. La crisis ha enterrado aquellas espectaculares infografías que publicaban los periódicos y ahora se ha optado por una solución que se define como más técnica y que incluye, eso sí, el desmontaje del viaducto de Arco de Ladrillo. Por 11.040.000 euros se abordarán dos túneles de una sola dirección y de menor calado para pacificar, que no eliminar, el tráfico en la zona. El primero, en García Morato, comenzará a bajar desde la calle Recondo y tendrá salida a la altura del antiguo Hospital Militar, casi en la confluencia con el Paseo de Zorrilla. El otro, salvará el giro a la izquierda hacia Puente Colgante de los coches que provengan de la Carretera de Madrid.

Una estación y sin firma de relumbrón. Nada menos que 51,4 millones se habían reservado para que un arquitecto de prestigio se habló del británico Richard Rogers firmase el diseño del edificio de la futura estación. Aquel presupuesto ha quedado reducido a 23,55 millones y se prevé que el inmueble para viajeros sea digno, pero sin florituras. A esta rebaja considerable, se suma la eliminación por completo del edificio que iba albergar una estación provisional y que estaba valorado en 15 millones de euros. Cuando arranquen las obras fechas ya no damos los viajeros seguirán utilizando el edificio actual y accederán a los andenes, que se correrán hacia la zona de talleres, por una pasarela superior.

No habrá apeadero. Importante en lo económico es también la decisión que se ha tomado para eliminar de forma definitiva el apeadero de la Universidad. El proyecto primigenio dibujaba un edificio al que no le faltaba un detalle y a un precio de once millones de euros. Los técnicos consideran innecesario un gasto tan cuantioso en una escala ferroviaria que iba a tener un escaso uso.

Sin farolas ni bancos de diseño. Sin duda, uno de los recortes más importantes se aplicará en la urbanización de los terrenos liberados. En el caso del Pinar de Antequera, el presupuesto del parque lineal sobre los túneles en esta zona residencial ha pasado de 3,5 millones a 1,7 tras las rebajas aplicadas por los licitadores. Sin embargo, la madre de todo los ahorros se producirá en el bulevar Rogers, donde estaban previsto gastarse 104 millones de euros, que han caído a 72,7. En Alta Velocidad reconocen que los adornos eran propios de tiempos de las vacas gordas. Farolas de 5.700 euros, bancos de 9.000 o conjuntos de juegos infantiles con un coste de 90.000 euros serán sustituidos por mobiliario más doméstico. Digno, pero sin marca. Pasaron los tiempos de Lacostes o Ralph Lauren en el amueblamiento urbano. Se impone el estilo Primark o Kiabi.

Lo importante es el túnel. El hachazo más cuantioso se lo llevará el 'alma mater' del proyecto: el túnel de cinco kilómetros que dentro de unos años esconderá para siempre las vías que ahora parten Valladolid. El primer proyecto preveía un gasto de 237,4 millones de euros, que tras la revisión se quedará en 183,6. Se horadará con tuneladora y contará con todas las medidas de seguridad, aunque se prescindirán de elementos o revestimientos de postín. A fin de cuentas, no deja de ser un agujero.

Si usted suma estos ahorros le saldrán 160 millones de euros. El resto, hasta los 168, son 'picos' por rebajas en los costes de gestión o redacción de proyectos. La otra cara de este nuevo soterramiento 'low cost' es el incremento de los gastos financieros derivados del crédito firmado con el sindicato bancario y que se van a disparar por la ralentización del plan Rogers.

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