106 años con alegría y buen humor
Rosario Arroyo celebra su cumpleaños en la residencia La Piedad de Herrera
NURIA ESTALAYO
Domingo, 6 de octubre 2013, 16:07
Es más que envidiable llegar a tan avanzada edad con el excelente humor que conserva Rosario Arroyo López a sus 106 años. Los cumplió el pasado sábado, 28 de septiembre, y lo celebró junto a sus sobrinas Maribel, Marisol y Celia Fernández Arroyo en la localidad de Herrera de Pisuerga donde reside. Rosario ya no oye ni ve bien ni corretea como cuando era joven, pero sigue teniendo aunque a veces se muestre perezosa una memoria formidable que le permite disfrutar de dos de las cosas que ella adora, que son la música y la poesía.
Es delicioso escuchar cómo recita llena de emoción esos dichos que le traspasaron su madre y abuelos y que ella misma ha enseñado a sus sobrinas, y oírle cantar esas zarzuelas que tanta alegría le aportan a su vida. «No me mires que miran que nos miramos y sospechar podrían que nos amamos, no nos miremos y cuando no nos miren, nos miraremos», le gusta recitar, entre otras coplas de su largo y curioso repertorio. Observándola, además de su radiante sonrisa, llama enormemente la atención otro aspecto, que es ese maravilloso cutis que pese a su edad le permite exhibir un rostro casi exento de arrugas. «¡Felicidades, qué guapa estás!», le dicen sus vecinos al encontrarse con ella estos días. Y se trata de una frase realmente justificada.
Si uno lee el blog Segundacentena en Internet, existen en España 124 personas con más de 105 años 111 mujeres y 13 hombres y la de más edad es una mujer con 112 años. Según esta fuente, Rosario ocupa el noveno puesto a nivel nacional, y el cuarto a nivel provincial, tras una mujer bilbaína de 109 años que vive en Palencia y otras dos palentinas de 108 y 107 años, respectivamente.
¿Y cuál es el secreto de la longevidad de Rosario? Sin duda, como ella misma insiste, es comer poco y caminar mucho. «Poca carne en el plato y mucho zapato», según sus propias palabras. Y es que aún, con tantos años a cuestas, disfruta de experiencias nuevas. Una de ellas fue su primer viaje en avión el año pasado, lo que le permitió ir hasta el Vaticano y visitar al Papa Benedicto XVI. Se trata de un viaje que encantada volvería a repetir ya que, según manifiesta, además de encontrarse «con una persona grandiosa», montar en avión fue «admirable».
Avión y pantalones
Y no es la única novedad en su vida del último año. Nunca antes había usado pantalones, pero se ha adaptado perfectamente a este nuevo vestuario más cómodo, ahora que pasa más horas sentada.
Por la rotura de una cadera, tuvo que ser operada el pasado mes de abril. Y aunque la operación fue bien, el incidente le ha reducido su movilidad para caminar. No obstante, aunque esta herrerense no ha celebrado su cumpleaños bailando a ritmo de pasodoble como el año pasado ni puede seguir bordando otra de sus aficiones preferidas como antes, sigue sonriéndole a la vida, disfrutando de sus partidas de dominó, de las continuas visitas de sus sobrinas, de los certeros piropos de sus vecinos, de las charlas con sus compañeros de la Residencia Nuestra Señora de La Piedad, de sus chocantes dichos y de sus populares canciones.