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Luis García Jambrina, en su despacho de la USAL. / EFE
García Jambrina: «Solo 'El Caso' se atrevió a mostrar la miseria moral de la España franquista»
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García Jambrina: «Solo 'El Caso' se atrevió a mostrar la miseria moral de la España franquista»

El profesor de la Universidad de Salamanca rinde homenaje a la periodista Margarita Landi en su novela

V. M. NIÑO

Lunes, 29 de julio 2013, 22:38

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n dos 'manuscritos', uno de piedra y otro de nieve, en forma de novelas históricas. Ahora García Jambrina (Zamora, 1960) se cuela en el género negro inspirado en la primera periodista de sucesos de España, Margarita Landi.

¿Saltó al siglo XX cansado del XV?

No me cansé; tan solo he hecho un paréntesis. Me apareció un personaje muy potente que comenzó a tirar de mí. Fue después de leer una tesis doctoral sobre el semanario 'El Caso' escrita por una hispanista francesa. En ella se hacía un repaso de los diez primeros años de esta publicación, desde 1952 a 1962: su papel dentro del régimen franquista, sus problemas con la censura... Mientras la leía, me venían a la cabeza recuerdos de mi abuelo, que era un lector voraz de 'El Caso', y que, además, presumía de haber conocido a Margarita Landi, incluso, de haberla ayudado en Zamora. Hablaba de ella con mucha reverencia y fascinación, y recuerdo que, cuando mi abuelo murió, encontré una carpeta llena de recortes con artículos y fotografías de la famosa reportera, conocida como 'la rubia del deportivo', inspiradora de Aurora Blanco.

Las otras dos novelas 'históricas' y esta 'negra' comparten un interés por los luctuosos ¿sus acciones surgen del querer descubrir?

Las tres novelas tienen un importante elemento en común, y este tiene que ver con una característica fundamental de la llamada novela negra. Desde adolescente he tenido debilidad por este tipo de novelas, cuya principal función es mostrar lo que está oculto. Por otra parte, siempre procuro que en mis novelas sobre el pasado esté presente la actualidad. En esta última he intentado ofrecer un retrato documentado de una época que nos parece muy lejana, pero que forma parte de nuestro presente.

¿Le interesa el viaje a la solución más que esta en sí?

En efecto, así es. Es algo propio de la novela negra, frente a lo que sucedía en la novela policíaca clásica, en la que lo que más importaba era el enigma. En mi caso, importa más el recorrido del personaje y el retrato de una época dura y complicada que la resolución del caso en sí.

'En tierra de lobos' cede la palabra a sus personajes, ¿se impusieron?

Por un lado, prefiero que sean los personajes los que se expresen de manera directa, sin la molesta intervención del narrador. Por otra, me gusta que la acción avance a través de los diálogos, lo que le da más agilidad al relato, algo que para mí es muy importante.

¿Por qué dejó de funcionar el exitoso periodismo de 'El Caso'?

El semanario del que hablo en la novela, 'Crónica de Sucesos', es un claro trasunto 'El Caso'. Para entender el éxito y la importancia de esta publicación hay que situarla en su contexto. Mi intención era mostrar todo lo que se mueve en torno al periodismo de sucesos en una época en la que, precisamente, estaba prohibido hablar de esa parte oscura de la realidad. Mientras la propaganda del régimen se dedicaba a promocionar la imagen de un país idílico donde nunca pasaba nada, la censura tenía como principal misión negar la realidad. Y, en medio de todo ello, estaba 'El Caso', que, por un lado, fomentaba el conformismo y la resignación cristiana a través de la ejemplaridad, y, por otro, era la única publicación que se atrevía a mostrar la pobreza, las tremendas desigualdades, el subdesarrollo económico y la miseria moral de la España de entonces. El semanario sobrevivió hasta mediados de los ochenta, justo antes de las televisiones privadas, que impusieron un tratamiento más sensacionalista.

¿Qué le fascinó de Landi?

En mi novela he querido recuperar y reivindicar la memoria de una mujer singular en unos tiempos especialmente oscuros y difíciles. En primer lugar, fue una pionera dentro del periodismo español, y no solo de sucesos, una reportera intrépida y llena de recursos que llegó a hacerse muy popular. Pero, sobre todo, fue una mujer independiente y luchadora en un régimen autoritario y controlado por los hombres. En medio de la miseria y la fealdad entonces reinantes, tenía algo del glamour de las películas de Hollywood y del modo de vida americano. Era como un soplo de aire fresco. Como periodista, Landi tenía mucha garra y un estilo muy ágil. Tenía sus propias teorías sobre el crimen; entre otras cosas, decía que todos somos capaces de matar; basta con que se den las circunstancias adecuadas. En mi novela le he cambiado el nombre, le he quitado algunos de sus aspectos más llamativos y le he añadido diversos rasgos. Asimismo, la he puesto en la tesitura de tener que enfrentarse a una serie de crímenes y, de paso, a los poderes del Estado, lo que acabará convirtiéndola en una periodista comprometida con la verdad y la justicia en un país donde, oficialmente, nunca pasaba nada.

¿Salamanca, en su placidez provinciana, vivió episodios similares a los que investiga su Aurora?

Los hechos tienen una cierta base real, que tiene que ver con el barrio chino de Salamanca y con el aparente atropello de una mujer en una carretera de la provincia. Quería contar una historia que tuviera un fuerte componente simbólico y que propiciara una gran implicación moral y emocional por parte de la protagonista. Se trataba, en fin, de hacer en una especie de parábola de la España de entonces, la de los años cincuenta: la corrupción política, el subdesarrollo económico, la pobreza, la situación de las mujeres, la opresión, la injusticia y la violencia del régimen En este sentido, debo añadir que para mí Salamanca es como un microcosmos en el que cabe todo, una representación de toda España.

¿Se evade de su condición académica en la novela de acción?

En cierto modo, así es. Procuro olvidarme de mi condición de profesor y crítico a la hora de escribir. Intento hacer una novela de género de calidad, en la que se mezclen la tradición culta y popular, algo que está en el ADN de la literatura española. Mis novelas son de acción, pero intentan seducir también a los lectores que piden algo más. En cuanto a mi estilo, busca siempre la naturalidad expresiva, y huye de la complicación y de la pedantería.

¿Qué escribe ahora?

Una novela histórica de la que, de momento, no puedo contar mucho. De nuevo estamos ante un personaje histórico muy poco conocido que se mi impuso y me pidió a gritos que contara su novela, en este caso en contrapunto con la vida de una célebre figura de nuestra Historia. Será una novela más itinerante y con una cronología más amplia que las anteriores, y estará narrada en primera persona por uno de los protagonistas. Por otra parte, estoy dándole vueltas a la idea de escribir otra novela sobre Aurora Blanco. Mi proyecto sería hacer un recorrido por la España de los años cincuenta y sesenta a través de los casos y las andanzas de este personaje.

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