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SOCIEDAD

El Día de los abuelos congrega a más de 500 personas de las residencias de la provincia

Irma Soriano presentó el acto oficial de la fiesta, organizada por Mensajeros de la Paz

ASUN GARCÍA

Viernes, 26 de julio 2013, 22:39

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Abuelos de residencias de todos los puntos de la provincia, desde la Montaña a Baltanás, pasando por Carrión, Grijota, la capital o Venta de Baños, entre otras muchas, han asistido esta jornada a la Festividad del Día de los Abuelos, organizada por Mensajeros de la Paz y que ha contado con la presencia de representantes de todas las instituciones. La celebración, en el frontón Eras de Santa Marina, tuvo como acto central la misa, presidida por el arzobispo emérito de Sevilla, Carlos Amigo, y concelebrada con el padre Ángel, presidente de mensajeros de la Paz, y el obispo emérito de Palencia, Nicolás Castellanos, además de otros sacerdotes.

La fiesta, presentada por Irma Soriano, ha servido para reconocer el papel de los abuelos, tanto en la educación de los nietos, como de conciliadores de la vida laboral y familiar al encargarse de los menores mientras los padres trabajan, así como su función de transmisores de experiencia y de «espíritu de esfuerzo y sacrificio, valores que necesitamos en estos momentos para salir de la crisis», según destacó en su intervención la consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, Milagros Marcos.

Por su parte, el alcalde, Alfonso Polanco, destacó el trabajo conjunto de las instituciones Ayuntamiento, Diputación y Junta para mantener el bienestar de las personas mayores. Polanco prometió mantener en años sucesivos esta fecha como Día del Abuelo, «en homenaje a los miles de abuelos que viven en la capital y en la provincia».

En la fiesta se rindió homenaje en especial a tres personas mayores, Aquilina Alario Hoyos, de 69 años y que estrenó la residencia de Paredes hace 24 años; Donativa Clausín Rojo, de 104 años, que reside en el centro de mayores de Villamuriel, y a Feliciano González García, de 103 años y que reside en el centro de mayores de Frómista, que recibieron los diplomas de Abuela de Oro y Abuelo de Oro, según los casos.

La celebración continuó después de la multitudinaria comida en el frontón, con música y baile.

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