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Un conductor se somete a una prueba de alcoholemia. / Antonio de Torre
Los controles detectan dos positivos de alcoholemia al día en las carreteras de Segovia
TRÁFICO

Los controles detectan dos positivos de alcoholemia al día en las carreteras de Segovia

La DGT ha iniciado este martes una nueva campaña para vigilar que no se beba si se conduce

EL NORTE

Miércoles, 10 de julio 2013, 16:25

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«La ingesta de alcohol repercute en un deterioro de la atención, perturba la funciones visual y auditiva, conlleva cansancio y somnolencia», alerta la subdelegada del Gobierno en Segovia, Pilar Sanz, en el primer día de la nueva campaña especial de la Dirección General de Tráfico (DGT) que empieza este martes y que proseguirá hasta el día 15. El dispositivo específico velará una vez más para evitar que se coja el volante después de haber bebido. Como resalta la representante de la Administración central en la provincia, es un operativo que quiere «sensibilizar de que conducir y consumir alcohol son incompatibles, ya que aumenta el riesgo de sufrir accidente de tráfico». Para Sanz, la única tasa segura es 0,0%.

A las consecuencias se remite. Los efectos de la bebida multiplica ese peligro de percance. Con unos niveles de 0,3 a 0,5 gramos por litro, la amenaza se duplica debido a la disminución de la agudeza mental y de la capacidad de juicio Si esa tasa sube a baremos de entre 0,5 y 0,8, el riesgo de accidente se quintuplica. La reacción es aún más lenta y los reflejos se alteran, además de empezar a sufrir perturbaciones motrices. La euforia, la distensión, la agresividad y la inhibición que provoca el alcohol en sangre por encima de los límites permitidos por la ley son enemigos de la seguridad.

Cuando se tasa se dispara el estado de embriaguez del conductor ya es importante y la pérdida del control preciso sobre los movimientos es notable. Hay dificultades de concentración de la vista y baja la vigilancia y la percepción de las amenazas que entraña la carretera. En estos casos, las advertencias lanzadas por la DGT indican que el peligro de padecer un siniestro al volante se multiplica por nueve.

La Subdelegación del Gobierno detalla que entre el 1 de enero y el 31 de mayo de este año se han efectuado en las carreteras de la provincia 35.184 controles de alcoholemia. Los positivos detectados por los agentes ascienden a 290, bien después de que el conductor cometiera una infracción o de haber sufrido un percance de tráfico. Aunque la mayoría de infracciones de este tipo se localizan durante controles preventivos. Estos números arrojan una media diaria de dos positivos por conducir bajo los efectos del alcohol denunciados en las vías de la provincia durante los primeros cinco meses del año. El porcentaje del 0,82% sobre el total de pruebas llevadas a cabo, aunque bajo, no debe invitar a la relajación ni a bajar la guardia cuando uno se pone al volante, avisa Pilar Sanz.

Infracción muy grave

El artículo 65 de la Ley tipifica como infracción muy grave la conducción de vehículos habiendo ingerido bebidas alcohólicas con tasas superiores a las establecidas y, en todo caso, la circulación bajo los efectos de estupefacientes, psicotrópicos y cualquier otra sustancia de efectos análogos. Las autoridades subrayan que también se cataloga como infracción muy grave el incumplimiento de la obligación que tienen todos los conductores de someterse a las pruebas de detección de posibles intoxicaciones. La multa prevista en estos casos es de 500 euros.

Además, esta irregularidad también detrae puntos del saldo del carné.Para tasas de más de 0,50 miligramos por litro de aire espirado para conductores en general, o más de 0,30 mg/l para conductores profesionales y titulares de permisos de conducción con menos de dos años de antigüedad, se restarán 6 puntos.

Cuando el interceptado en una prueba da un nivel de alcohol de 0,25 hasta 0,50, que en los casos de los profesionales y titulares con menos de dos años de antigüedad oscila entre 0,15 y 0,30 mg/l, la pérdida es de 4 puntos. También se penaliza con la pérdida de 6 puntos el incumplimiento de la obligación de someterse a las pruebas de alcoholemia.

Cabe recordar que las tasas máximas para conducir permitidas por la legislación en los casos generales son de 0,5 gramos de alcohol por litro de sangre o de 0,25 miligramos por litro de aire espirado. Las condiciones son más restrictivas para conductores profesionales y noveles.

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