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Gunter Pauli, en Valladolid. / F. Blanco
Gunter Pauli: «Ha llegado el momento de que el hombre se calle y escuche»
TEDX VALLADOLID

Gunter Pauli: «Ha llegado el momento de que el hombre se calle y escuche»

El innovador belga participa este viernes en el evento TEDx Valladolid, que reúne a una docena de ponentes con nuevas ideas para transformar la sociedad

Víctor M. Vela

Viernes, 9 de noviembre 2012, 20:36

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Gunter Pauli (Amberes, 1956) participa este viernes en el encuentro TEDx Valladolid, en el Laboratorio de las Artes (LAVA), el antiguo matadero. Licenciado en Económicas por la Universidad de Loyola en Bélgica, obtuvo un MBA en el Insead francés. En 1994 fundó, con el apoyo del gobierno japonés y la United Nations University en Tokio, la Zero Emissions Research Initiative. «De su experiencia como empresario y de sus reflexiones teóricas surgió un modelo de negocio que primaba, desde presupuestos éticos y científicos, la creación de capital social y el respeto al medio ambiente sin descuidar el beneficio económico, tomando como referencia los ecosistemas naturales», explican desde Tusquets, editorial en la que ha publicado recientemente 'La economía azul'.

O sea, que usted regala ideas...

Sí, pero el que escucha tiene que hacer algo con ellas. Escuchar sin hacer nada es una vergüenza.

¿Y qué hacemos?

La ciencia.

¿Cómo?

La única manera de trasladar una idea, una fantasía o un sueño a la realidad es a través de la ciencia. Y necesitarás otro ingrediente.

Que es...

El apetito por el riesgo. Y aquí la ciencia te ayuda a calcular cuánto riesgo eres capaz de asumir.

Que no suele ser mucho...

En esta sociedad, casi cero. Ahora se quiere preservar todo, mantener lo que ya se tiene... y esta es la razón por la que lo vamos a perder todo. Estamos en un momento en el que o nos arriesgamos o... Este lugar es estupendo. Estamos en un antiguo matadero, un lugar idóneo para matar dogmas.

O sea, ciencia, riesgo... ¿Y dinero?

Dinero no se necesita.

Vaya.

Este mundo tiene todo el dinero que se necesitaría. Lo único que tenemos que hacer es reorientarlo.

¿Y en qué lo malgastamos?

Por ejemplo, en el café.

¿El café?

Sí, en el cafecito. Cuando tomamos un café, consumimos solo el 0,2%. El 99,8% restante, pagamos para desecharlo. Eso es una locura, no tiene ningún sentido. Con eso que desechamos se puede cultivar un hongo tropical comestible, muy barato.

Y con ese hongo...

Eso es alimento, proteína, nutriente sin colesterol, sin ácidos grasos saturados... y conseguimos trabajo para llevarlo a cabo. Y después de haber cosechado el hongo, tenemos un sustrato lleno de aminoácidos que es un excelente alimento para animales.

¿Eso ya se está haciendo?

Hay 16.000 personas en el mundo que lo están haciendo. Yo lo he presentado varias veces en España, pero claro, como éste es un país rico y sin desempleo... Lo estamos haciendo en Sidney, en México, en París, en Amsterdam, en Seúl. Pero no en España, ¿por qué?

¿Por qué?

Porque la gente no quiere asumir riesgos.

El 39% de los españoles dice que su color preferido es el azul.

No lo sabía. Mi economía es de color azul, sí. Pero si la gente prefiere otro color no pasa nada.

¿Qué es la economía azul?

Es una mejora de la economía verde, ecologista. Tenemos un sistema que es muy extraño: todo lo que es bueno para nosotros o para el medio ambiente es costoso. Vivimos en una economía que no responde a las necesidades de la gente.

¿Y qué hacemos?

Innovar y cambiar el modelo de negocio, porque solo así seremos capaces de tener un mundo mejor, un mundo capaz de responder a las necesidades básicas de todos.

Que son...

Agua. Pero no agua embotellada en botellas de plástico, por favor. Segundo, alimentos saludables. Tercero, una vivienda saludable. Necesitamos salud, energía, movilidad. Y además, un mundo que nos permita aprender con ética.

Esas son las necesidades básicas.

Sí. Tenemos que responder por ellas... y si somos capaces de hacerlo, seremos una sociedad. Pero si le falta algo a alguien, en ese caso seremos gente, pero no comunidad.

Uy, en una sociedad cada vez más individualista.

El gran problema de nuestra ignorancia es que hemos cambiado todo a nuestro alrededor salvo una cosa: no hemos cambiado nosotros. Y por eso tenemos estas crisis, por la ignorancia de cómo adaptarnos a una nueva realidad que nosotros mismos hemos creado. No son inventos de terceros. No son inventos del mercadeo... No, no, no. Nosotros, todos juntos, hemos provocado un cambio, pero nosotros no hemos cambiado.

Porque a veces, es más difícil cambiar de idea que tener una idea.

Eso ocurre cuando la idea se convierte en dogma. Hoy en día ya no vivimos con ideas, vivimos con dogmas. Y esos dogmas nos dicen lo que tenemos que tener (si no tienes teléfono móvil, no eres ser humano) o lo que tenemos que saber. Es una locura que sigamos enseñando a los niños lo que ya está en la Wikipedia. ¡Por favor, hay que olvidarse de eso!

¿Y qué enseñamos, entonces?

A vivir. La calidad de vida, las conexiones entre la realidad y los sueños y lo que se necesita para que todo el mundo pueda vivir de forma saludable y feliz.

¿Sobre esas premisas habría que educar a los niños?

Olvida la palabra educar. Eso no es lo que necesitamos. Hay que sustituir educar por exponer. Hay que exponer a la gente las necesidades de la vida y así todo el mundo aprenderá mientras navega. Este es el gran cambio que necesitamos.

¿Conservamos de adultos esa capacidad de aprendizaje?

No, la perdemos por culpa de la educación. Yo no quiero mandar a mis hijos al colegio porque si no, paran de aprender. Ese es el problema. Si queremos despertar, tenemos que despertar al niño que hay en nosotros. No nos permitimos soñar.

Decir que alguien es infantil es como un insulto.

Sí, como si no fueras alguien serio.

Usted enseña (o expone) a través de fábulas.

Claro, pero la fábula no es un cuento. La fábula tiene un fondo de verdad. La ciencia o la filosofía se tienen que comunicar con algo que llegue al cerebro, al corazón, a los intestinos de todos. Y por eso hay que traducirlo en algo amable y que se entienda.

¿Por qué las fábulas están protagonizadas por animales?

Eso era Esopo. Yo utilizo los cinco reinos de la naturaleza. Yo pongo a hablar a bacterias, algas, líquenes, plantas, hongos...

¿Y al hombre?

No, no. El hombre escucha. Ha llegado el momento de que el hombre se calle un momento y escuche, porque siempre está hablando.

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