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La viceconsejera María Jesús Pascual conversa con el presidente de Caja Rural, Félix Moracho, ante el delegado Javier López-Escobar. / Antonio de Torre
Caja Rural abandera la cultura del vino
JORNADAS ENOLÓGICAS

Caja Rural abandera la cultura del vino

La viceconsejera de Agricultura avala la calidad de los caldos de la región, que cada año ganan más cuota de mercado

CÉSAR BLANCO

Viernes, 9 de noviembre 2012, 09:53

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El vino es sinónimo y símbolo de alegría, de ánimo, de cultura, de tradición, de trabajo, esfuerzo, de convivencia, de variedad, de solidaridad, de salud (siempre con moderación), de economía, riqueza, promoción turística, seña gastronómica, alimento de espíritu, de paisanaje y paisaje rural. Todos estos calificativos y alguno más que se quedan y resbalan como lágrimas en el cristal de la copa salieron a relucir ayer en varios sorbos, los que dieron los asistentes a la subida del telón de la tercera edición del Otoño Enológico que promueve la Fundación Caja Rural de Segovia, con la colaboración de Tierra de Sabor. Las autoridades fueron las encargadas de poner voz y emoción sobre el escenario del teatro Juan Bravo a este merecido culto que espera a los caldos que cría y mima la comunidad castellana y leonesa.

Hasta el día 18 habrá catas, degustaciones y los más variados, ilustrativos, sabrosos y también sonoros maridajes que puede encontrar el vino en su orgulloso altar dentro de la cultura popular. La presentación celebrada ayer del Otoño Enológico sirvió de acto promocional de las trece bodegas segovianas, las de vinos de calidad de Valtiendas, Ribera de Duero y de la Tierra de Castilla y León. Dos festivales 'Vino y Jazz' y 'Catas y Monólogos' darán contenido y cuerpo al colmado programa que recorrerá Segovia, La Lastrilla, San Ildefonso, Carbonero el Mayor, Sepúlveda y Cuéllar.

Impulsar el conocimiento

Los consejos reguladores de las Denominaciones de Origen de la región Rueda, Cigales, Tierra de León, Toro, Ribera del Duero, Arribes del Duero, Tierra del Vino de Zamora, Arlanza y Bierzo están implicadas también en esta iniciativa a través de la degustación de varias catas que comenzará la próxima semana en las que se mostrarán sus peculiaridades, formas de elaboración y variedades de uva.

El ciclo organizado por Caja Rural de Segovia marida la cultura y el vino. Así lo reivindicó el presidente de la Fundación, Pedro San Frutos. Entre tantas virtudes que ofrece este buen trago otoñal está la de «impulsar el conocimiento del vino que se hace en Segovia», como se escenificó en el acto inaugural de ayer en el Juan Bravo. Y con este aroma divulgativo que desprenden las jornadas también asoma por ellas el predicamento de los efectos positivos que posee el vino sobre la salud, siempre consumido con moderación, según insistieron los maestros de la ceremonia.

Riqueza económica

El presidente de Caja Rural de Segovia, Félix Moracho, apuró el espíritu y la razón de ser de este Otoño Enológico, que no es otro que el de la cercanía y el compromiso con el mundo rural al que se debe la entidad que dirige. «El vino debe ser abanderado de todo el sector agrario y agroalimentario, y también de la gastronomía y por ende de la hostelería y el turismo», hiló Moracho. En un tono más crematístico, subrayó que estos sectores y actividades son las que mejor soportan la crisis; y concluyó que por esta regla de tres o de cuatro la cultura del vino y toda la industria que está detrás es una «apuesta por la economía y por sectores que son estratégicos para el país, la región y para la provincia». Al fin y la cabo, ese sorbo de cercanía y tradición popular que concede el vino permite «reconciliarnos con nosotros mismos», animó el presidente de Caja Rural de Segovia.

La teniente de alcalde del Ayuntamiento de Segovia y concejala de Patrimonio Histórico y Turismo también quiso catar este Otoño Enológico. Claudia de Santos resaltó el acervo popular del vino y su profundo arraigo en la tradición de los pueblos, en sus ritos y ceremonias. La omnipresencia de los caldos embriaga la vida cotidiana, ensalzó la edil, porque el vino «siempre ha acompañado la vida de nuestras gentes». La representante municipal no pasó por alto cómo esa cultural del vino «crea en torno a él espacios de convivencia donde los problemas diarios desaparecen por un momento, ahí están las bodegas y las tabernas».

El diputado provincial de Turismo y Cultura, José Carlos Monsalve, también brindó por este ciclo y recordó el terruño y el sacrificio. Se acordó del «esfuerzo y la solidaridad» que afloran durante la época de la vendimia y se congratuló de que «como buenos castellanos» haya iniciativas que promuevan la «importancia del vino en la cultura». Para el representante de la Corporación, los caldos son símbolo de «alegría y disfrute y la parte espiritual de nuestro alimento», sin olvidar que su producción constituye un «elemento dinamizador».

575 bodegueros

La viceconsejera de Agricultura y Ganadería de la Junta, María Jesús Pascual, compartió parabienes hacia el Otoño Enológico de Caja Rural de Segovia, al que calificó como un «evento de primer nivel». Y con su intervención subrayó la relevancia numérica del vino en Castilla y León. Inició el repaso con las doce Denominaciones de Origen de las que disfruta la comunidad y la IGP Vino de la Tierra, lo que pone de manifiesto que la región «ha mimado sus vinos». La responsable autonómica puso el acento en la apuesta por la calidad antes que por la cantidad. Así, «casi 16.000 viticultores ponen la mejor uva para que los 575 bodegueros que hay en Castilla y León pongan el mejor vino al servicio del consumidor», elogió Pascual.

Esa prioridad otorgada al valor cualitativo viene refrendado también por que el 85% de toda la superficie vitivinícola está amparada por figuras de calidad, agregó la viceconsejera, quien destacó que esta apuesta es la que está detrás de que «poco a poco arañe cuota de mercado» y avanzó que los datos de esta campaña «va a ser muy positivos».

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