El Ayuntamiento se replantea la continuidad de Maderas El Espinar

Todas las decisiones han pasado por el consejo de administración, que es el que dictamina al fin y al cabo el futuro de Maderas El Espinar S. A. Pero no es sencillo, la situación es «complicada» porque se trata de una empresa municipal a la que también le ha llegado el agua al cuello por culpa de la crisis, apunta el alcalde de la villa que da nombre al aserradero. Francisco Jorge, del Partido Popular (PP), se ha visto en una difícil encrucijada. Al final, el último pleno en el que se aprobaron los presupuestos para este año revela la solución acordada que marca el presente inmediato de la fábrica espinariega.

Es en el capítulo de gastos de personal. La corporación dio el visto bueno a la reasignación funcional del personal laboral municipal que ha venido prestando servicios en la empresa maderera. De esta forma, el consejo de administración asume la petición de Unión General de Trabajadores (UGT) de cumplir con el documento firmado en 1994 por el entonces alcalde de la localidad, Jesús Olmos. En él se garantizaba que «en caso de desaparición de la sociedad municipal Maderas El Espinar, según se aprobó en convenio colectivo de los trabajadores de la fábrica, éstos volverían a pasar a la plantilla del Ayuntamiento». De entrada, y amparándose en este viejo acuerdo, el sindicato demandaba que todos los operarios de la planta prestasen durante el verano, de junio a septiembre, los servicios para los que el Ayuntamiento suele contratar a otros trabajadores.

Al final, el alcalde confirma que son siete los empleados que reingresan en el Consistorio, en concreto en el área de Obras y Servicios perteneciente a Urbanismo. En cuanto a los otros seis prosigue Francisco Jorge «intentaremos asegurar su futuro». De momento, continuarán en Maderas El Espinar S. A., añade. La fábrica «mantendrá su actividad para liquidar el excedente que hay y atender pedidos», explica el máximo representante de la corporación local.

Buscar otras vías de gestión

Los responsables son conscientes de que la exigua viabilidad de los últimos tiempos que han abocado a la sociedad municipal al borde del precipicio del cierre. De momento, «hemos hecho un esfuerzo muy importante por reubicar» a parte de ese personal en funciones propias del Consistorio, aclara Jorge. A ese empeño se suma ahora otro, que es el de «seguir buscando las mejores fórmulas para los trabajadores», esgrime el alcalde espinariego.

El regidor confiesa algo que es obvio desde hace tiempo. La empresa maderera pierde negocio y liquidez con la asfixia que padecen otros sectores vinculados, como ocurre con la construcción. «Con la estructura que había no era una actividad con futuro», subraya Francisco Jorge.

Esta indefinición de un horizonte financiero y mercantil clarificador es lo que ha llevado a la sociedad municipal a replantearse el futuro de la fábrica. La continuidad de Maderas El Espinar no tiene fecha de caducidad, según matiza el alcalde, pero a su vez ve prácticamente inevitable que la planta tenga que «buscar oras vías, que pueden pasar, por ejemplo por la gestión de la biomasa», añade.