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Obras en la Ronda Exterior Este. / A. QUINTERO
Fomento acelera la obra del tramo este de la Ronda Exterior para abrirlo en un año
VALLADOLID

Fomento acelera la obra del tramo este de la Ronda Exterior para abrirlo en un año

FCC trabaja en los trece kilómetros que unirán la A-11 con la Autovía de Castilla

J. A.

Sábado, 14 de julio 2012, 12:47

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Pasado el verano de 2013. Queda poco más de un año. Si no surge ningún nuevo bache de carácter económico, el Ministerio de Fomento baraja esta fecha para abrir al completo la Ronda Exterior de la ciudad (VA-30), una arco de 23 kilómetros que unirá la A-62, desde el municipio de Arroyo de la Encomienda, con la misma vía, a la altura de Cabezón, por el borde este de la mancha urbana. Las máquinas de la empresa FCC trabajan «a buen ritmo» en los trece kilómetros de la parte oriental de la circunvalación, cuyo grado de ejecución alcanza ya el 75%. Fuentes del departamento que gestiona Ana Pastor confirman que el tajo, con un presupuesto de algo más de 104 millones de euros, ha superado los hitos de obra más complejos. En este momento se interviene en el puente que salvará el Pisuerga y en el enlace con la A-62, pero hay actividad en toda la longitud de la vía. Será a finales del presente año cuando los vallisoletanos podrán ver el dibujo del cauce con más claridad.

Señalización de la vía

En este ejercicio estarán ejecutadas las capas de firme y la base de suelo-cemento, así como las estructuras de acero y hormigón del viaducto sobre el río y del acceso a la Autovía de Castilla. Durante 2013 se iniciará la instalaciones de protección y señalización de la carretera.

Para el cumplimiento de estos objetivos en el año 2012 trabajarán en la obra aproximadamente cien personas, repartidas entre personal de administración y técnico, los equipos de estructuras, movimiento de tierras y fabricación y puesta en obra de las capas de firmes, según acotan las mismas fuentes.

La apertura completa de la Ronda Exterior incrementará, sin duda, el efecto balsámico y desatascador que hasta ahora se constatado con la puesta en servicio de los dos primeros tramos, los 9,5 kilómetros que conectan la A-62, a la altura de Arroyo de la Encomienda, con la A-11 (Carretera de Soria).

Los datos recopilados por el Gabinete de Movilidad del Ayuntamiento, entre junio de 2010 (cuando aún no se había inaugurado) y febrero de 2011 (tres meses después de que el tráfico llegase hasta el polígono de San Cristóbal) avalan los beneficios de una infraestructura dibujada en los planos de la ciudad desde los años 80. Según ese estudio, el trayecto sur de esta circunvalación sin regulación semafórica y que permite circular a una velocidad máxima de 100 kilómetros por hora ha absorbido una cuarta parte del volumen de vehículos a los que no les quedaba más remedio que bordear Valladolid por la Ronda Interior, un cinturón de tráfico con más de una veintena de semáforos y varios puntos negros.

Entre ellos, la maldita de rotonda de San Agustín, un enlace que logró perder un 23% de tráfico o la avenida de Zamora, a la altura de los polígonos de Argales y San Cristóbal, que vio como los aforos de vehículos pasaban de 21.000 a 16.000 en ocho meses.

La principal ventaja de su todavía incompleta hermana mayor ha sido su capacidad para acoger tráfico pesado. Ahora, los tráileres que llegan a Valladolid por la A-62 tienen la posibilidad de acceder a las zonas industriales de la capital sin incomodar la circulación doméstica que sigue utilizando la VA-20 para los desplazamientos internos.

La apertura de los trece kilómetros pendientes mejorará aún más esta situación, ya que los grandes camiones tendrán la posibilidad de coger la Autovía de Castilla en ambas direcciones Tordesillas o Burgos sin necesidad de tocar la trama urbana.

El único pero que se le puede poner a la nueva infraestructura planeada por el Gobierno de Aznar, iniciada con el Ejecutivo de Zapatero y que en un año, si todo marcha bien, abrirá al completo el gabinete de Mariano Rajoy es el corte que se produce en su conexión con la A-11 (enlace con la rotonda de La Cistérniga) donde, a horas punta, se producen retenciones por el efecto embudo.

Fuentes del Gobierno central matizan que dependerá del desarrollo de la obra, pero no descartan abrir parcialmente, antes de la conclusión total de la infraestructura, parte del tramo este en el que ahora se trabaja. Concretamente, se analizará la viabilidad de que el tráfico pueda seguir desde la A-11 hasta el enlace con la VA-140 (Carretera de Renedo) cuando se finalice el trajo en este trayecto.

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