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Peridis, en la Fundación Santa María la Real de Aguilar. / NURIA ESTALAYO
«La Fundación Santa María la Real necesita nuevas fórmulas»
PATRIMONIO

«La Fundación Santa María la Real necesita nuevas fórmulas»

José María Pérez 'Peridis: Presidente

FERNANDO CABALLERO

Sábado, 16 de junio 2012, 13:56

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El patronato de la Fundación Santa María la Real se reúne hoy en Aguilar de Campoo para aprobar la memoria, los balances y las cuentas del año pasado y para revisar el plan de actuación correspondiente a 2012. El presidente de la fundación, el arquitecto y dibujante José María Pérez 'Peridis', analiza en esta entrevista la situación de la entidad y las consecuencias de la crisis para el patrimonio.

¿Qué momento vive ahora la Fundación Santa María la Real?

Es un momento delicado, como todas las actividades relacionadas con la cultura y el patrimonio. La crisis ha hecho que los recortes vayan fundamentalmente al campo de la cultura. La crisis ha afectado al sector bancario, la construcción, la rehabilitación y, efectivamente, a la cultura. Han desaparecido las cajas de ahorro como entes estabilizadores y difusores de la cultura y como patrocinadores. Los proyectos de rehabilitación están siendo reducidos drásticamente. Además, las administraciones pagan más tarde y peor. Todo esto lleva a que instituciones como la Fundación Santa María la Real se encuentren en dificultades, porque no cobran desde hace más de un año trabajos realizados. No obstante, aunque el año pasado ha ido cayendo la actividad, como desde hace tres años, ha sido razonablemente bueno. Estamos buscando nuevos sectores relacionados con el patrimonio, la cultura y las nuevas tecnologías, pero eso cuesta un tiempo. Pueden venir tiempos difíciles. Si la crisis dura mucho más, estas entidades, si no tienen un gran patrocinador encima, corren un gran riesgo.

Recursos imaginativos

¿En un momento en el que hay que reavivar la imaginación, tiene la fundación algún plan para garantizarse el futuro?

La fundación tiene recursos imaginativos, culturales, voluntad, entusiasmo, apoyos y credibilidad. Recursos, los que seamos capaces de generar, porque no hay maná que venga del cielo. Hay que renovarnos, y en eso estamos, con alianzas y abriendo nuevos mercados. Se ha vendido la primera enciclopedia del románico en China y tenemos un convenio con Telefónica para promocionar las tecnologías de la información en algunos edificios. Estamos moviéndonos y administrándonos lo mejor posible. Las cuentas auditadas siguen siendo positivas, pero el año próximo siempre será más difícil que el anterior.

¿Pese a todo, la defensa del patrimonio sigue cotizando al alza?

Sí, porque es una demanda social clara. Nosotros vamos a seguir ahí, aunque cada vez con más dificultades. En patrimonio, nosotros podemos prestar servicios, llenar de contenido los monumentos, organizar cursos, mover el turismo, editar publicaciones..., pero no podemos financiar las restauraciones.

¿Esa conciencia social que se ha consolidado a favor del patrimonio podría también verse resentida en tiempos de crisis?

No, porque cada día hay más asociaciones culturales. La Asociación de Amigos del Románico tiene 900 socios, editan publicaciones, viajan, realizan actividades... Esa conciencia es una ola que nadie parará, y con ella contaremos cuando se reduzcan las restauraciones. En cuanto al patrimonio, hay otro problema añadido, que es el envejecimiento de la población rural y la desaparición paulatina de monjas y sacerdotes. Hay muchos conventos que son geriátricos, y muchas parroquias e iglesias donde está el cura, si es que no se ha ido, con una edad elevada. Eso va a plantear serios problemas en el futuro, porque los edificios que no se usan se terminan cayendo.

Mejorar la calidad

El patrimonio se ha demostrado como generador de riqueza. ¿Hasta qué punto se puede demostrar que sigue siéndolo?

Con cifras. Se puede comprobar el turismo de comunidades autónomas con mucho patrimonio y el de otras que no lo tienen. Pero hay que mejorar cada vez la calidad del producto y dar un paquete completo. Ya no vale solo la excursión guiada, hay que echarle imaginación, aportar eventos. Hace falta también una gran calidad de trato y de enseñanza. El románico lo hemos convertido en destino turístico, pero te tienen que ilustrar sobre dónde se come mejor, y complementarlo con un concierto, enseñarte el románico por las noches, y ofrecer publicaciones... No basta solo con abrir la tienda y que venga la gente.

¿Es difícil explicar esto a los políticos para que se impliquen?

No es difícil. Hace unos días he comido con dos de las máximas autoridades del Gobierno y en este sentido están perfectamente sensibilizados. El problema es que no hay dinero. ¿Cómo le dices a la gente que recortas en educación o en sanidad para dárselo al patrimonio? La sociedad fijará unas prioridades. Lo primero es dar de comer a la gente, luego la salud y la educación. El patrimonio no digo que puede esperar, porque si se cae no puede esperar, pero pasará un tiempo para volver a acciones de restauración. Ahora se imponen más acciones de mantenimiento elemental. Hay que estudiar el modo de protegerlo. Nosotros estamos diseñando un plan de mantenimiento del arte sacro completando el inventario de bienes de la Iglesia, digitalizándolo y poniéndolo a su disposición. Queremos que las diócesis se pongan en contacto con su autonomía para tener un catálogo 'on line', porque temo que se incrementen los robos.

¿Hay ahora mismo en Castilla y León algún edificio en riesgo de venirse abajo?

No tengo noticias, pero no me extrañaría, porque tenemos un patrimonio enorme y hay iglesias imponentes en pueblos despoblados. Sería otro momento de plantearse operaciones de retejo, con poco dinero, pero es necesario proteger para que la gotera no destroce el edificio.

¿Vería factible la reconversión de edificios religiosos en otros usos para mantenerlos?

En los monumentos localizados en una población grande, quizás no hay tanto problema. Pero, por ejemplo, en San Andrés de Arroyo, el día que no haya monjitas, hay que echarle mucha imaginación para mantener ese edificio. Son muchos metros en un descampado. El problema que se nos viene encima es importante y hace falta mucha conciencia social y mucha imaginación para darle un uso decoroso y coherente con el que tenía. El monasterio de Santa María la Real es un ejemplo de cómo conservar un edificio románico como instituto.

¿Qué proyectos inmediatos tiene la fundación?

Estamos acabando la toma de datos de la Enciclopedia del Románico de toda la Península Ibérica y Portugal. Hay 170 investigadores recogiendo datos en Cataluña, Huesca y Galicia, en el marco de un convenio con el Ministerio de Cultura y el Inem. El proyecto más grande que tenemos es sacar los 70 tomos de la Enciclopedia del Románico. También está en proyecto abrir el mercado de China y mejorar el de Estados Unidos para llevar la Enciclopedia a todas las bibliotecas, aunque ya está en muchas. Otro proyecto en marcha es el románico digital. También tenemos sensores en muchos templos, hemos desarrollado una tecnología y estamos negociando con Telefónica cómo comercializarla. De forma inmediata, también estamos poniendo en marcha un centro de innovación social. El último proyecto es una actualización de las escuelas taller, que llamamos lanzaderas para el empleo solidario, y el lunes presentaremos en Aguilar esta nueva generación de programas de empleo en un momento en que no hay dinero.

¿Qué posibilidades hay de que el claustro de Palamós sea de San Agustín de Benevívere, en Carrión de los Condes?

Yo he estado viéndolo personalmente y he realizado muchos dibujos de esta obra. Hay que estudiarlo mucho, porque es una zona donde sopla mucho la tramontana, que lleva sal y secome la piedra. Llegas al claustro y lo ves todo enorme y uniforme, la piedra muy erosionada, no ves bien la caligrafía y la firma del cantero. Los capiteles no reflejan bien la caligrafía, se parecen a los de Silos unos, otros a los de Rebolledo de la Torre. Creo que tiene mucho trabajo para los historiadores y para los investigadores de la piedra. Está un poco revuelto. Es enorme, con unos capiteles gigantescos, pero hay que estudiarlo.

¿La procedencia medieval es indiscutible?

El origen medieval es indiscutible. La procedecencia no la sabemos. Parece un claustro románico de finales del XII y principios del XIII. Hay que ver piedra a piedra de dónde vienen, qué partes son originales y cuáles no. Todas están mezcladas y erosinadas, no tiene una legibilidad buena. Requiere laboratorio e investigación, pero es una gran esperanza.

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