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MINERÍA

La Inspección de Trabajo confirma que Berkeley no ha solicitado ninguna licencia de explotación minera en Salamanca

Equo acusa a la empresa australiana de «jugar con la ansiedad» de miles de parados

FRANCISCO GÓMEZ

Viernes, 18 de mayo 2012, 10:53

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La formación ecologista Equo ha desvelado que la denuncia efectuada ante la Inspección de Trabajo sobre la oferta convocada por la empresa Berkeley para la explotación minera de distintos yacimientos de uranio en Salamanca ha puesto de manifiesto la «total ausencia de intención de la empresa de acometer efectivamente estos proyectos».

El portavoz de Equo en Salamanca, Ángel Gamazo, afirmó que la denuncia presentada ante la Inspección ha confirmado que Berkeley «no dispone de ningún permiso de explotación, que ni siquiera ha sido visado por la empresa, sino que únicamente ha solicitado un permiso de exploración».

Gamazo aseguró que tras esta denuncia «queda claro que no hay ninguna acción de Berkeley encaminada a llevar a cabo el fin que supuestamente tiene de explotar las minas de uranio en la provincia», por lo que acusó a la empresa de «únicamente haber jugado con la ansiedad de los 6.500 parados de esta provincia que se han presentado a los puestos de trabajo que presuntamente se ofrecían».

El proyecto de Berkeley en la provincia de Salamanca se sustentaba en dos pilares: la reapertura de las minas de Saelices y el inicio de la explotación de los yacimientos de Retortillo y Santidad.

Según Equo, Retortillo era «una mera cortina de humo» ante el verdadero objetivo de Saelices, para cuya explotación se requería la autorización de la empresa nacional ENUSA, ya que forma parte de la reserva estratégica minera del Estado.

Sin embargo, ENUSA descartaba en las últimas semanas acometer esta explotación al considerar inviable su reapertura tanto medioambiental como económicamente. Según Gamazo, esta decisión de ENUSA ha tenido mucho que ver con la constatación de que «Berkeley no es trigo limpio».

Así, el portavoz ecologista afirmó que «ENUSA ha tenido conocimiento» de la denuncia por una estafa de 2.000 millones de euros ante Berkeley por parte de la compañía nuclear francesa, Areva, «a la que engañó con la compra de una mina en Namibia que no valía nada».

En este sentido, Gamazo insistió en que «Berkeley no es una empresa minera, es una empresa de especulación en Bolsa que no va a acometer ningún proyecto industrial en Salamanca».

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