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LIGA ASOBAL

El Ademar arrolla al Cuatro Rayas

El equipo de Pastor fue una caricatura en León

MIGUEL ÁNGEL PINDADO

Jueves, 29 de marzo 2012, 18:40

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No hubo ni la más mínima opción. El Ademar venía de eliminar a todo un Vezsprem en la Liga de Campeones y el ritmo al que salió a la cancha fue como el de un Ferrari en comparación con el tractor que parecía el Cuatro Rayas. Desde el primer minuto los de Isidoro Martínez superaron en todas y cada una de las facetas a los de Pastor. También en actitud, en ganas, en tensión, en lucha por cada balón. Y el Cuatro Rayas se diluyó ante el festival de un Ademar que hoy por hoy está dos marchas por delante del mermado equipo vallisoletano. Solo una amago en el segundo tiempo hizo pensar en una derrota honrosa, pero ni con esas. León no desaprovechó la ocasión para humillar a su eterno rival.

Y es que el Ademar salió enchufadísimo al partido, como viene siendo habitual en este tipo de derbis, pero incluso con mayor actitud que en otras ocasiones y enfrente se encontró con un Cuatro Rayas anodino, que no sabía muy bien si el partido había comenzado o era todavía el calentamiento. La defensa leonesa, siempre al límite de lo permitido, era un bosque de brazos que tapaba cualquier hueco posible y cualquier pase. Los balones quedaban sueltos y siempre era un jugador del Ademar el que se había con él para lanzar el mortal contragolpe de Stranovsky o Krivochlykov. Una y otra vez, el ataque vallisoletano ofrecía pases y más pases al pivote sin que Romero fuese capaz de agarrar ni uno solo y facilitando el contrataque leonés. Y además, el portero Álamo salió igualmente enchufado con seis paradas en los primeros diez minutos que minaron la moral de los vallisoletanos. Las diferencias en el marcador comenzaron a ser realmente preocupantes y Pastor paró el tiempo con 8-3 a los diez minutos. Cambió de central, dejando a Cutura en el banco y dando el control del partido a Ávila, pero ya era difícil frenar el festival del Ademar. Las diferencias se fueron incluso a los ocho tantos (12-4) sin que la defensa del Cuatro Rayas, ni Sierra ni Lamariano, pudiese hacer nada por evitar el reguero inagotable de goles.

A medida que pasaban los minutos daba la sensación de que el Cuatro Rayas empezaba a asentarse en el campo y aprovechó una doble exclusión del Ademar en el minuto 19 para reducir mínimamente las diferencias (13-8), pero fue soloun espejismo. Los de Ademar estaban lanzados y tenían ese plus de aceleración que le faltó al Cuatro Rayas. En apenas cinco minutos, el Cuatro Rayas pagó sus nuevos errores en ataque con un parcial de 5-1 para cerrar el partido al descanso con un significativo 18-9.

Se esperaba más del Cuatro Rayas tras el descanso, pero no lo hubo. Este no era el Cuatro Rayas que a punto estuvo de ganar al Barcelona, que perdía poquísimos balones y que luchaba cada pelota. Hubo un pequeño amago de reducir las diferencias, como si los de Pastor hubiesen entrado por fin en el partido. Llegó incluso a colocarse con un 27-20 que permitía albergar esperanzas, como mínimo, de salvar el 'golaverage', pero una vez más solo fue un espejismo. Los nuevos errores en los pases, los balones divididos y un espectacular Álamo volvieron a colocar el marcador por encima de los diez goles, ante el delirio de una afición enfervorecida con su equipo, sobre todo después de eliminar al Vezsprem en su cancha. No había para más. El pitido final fue un alivio para el Cuatro Rayas. Ahora a pensar en los siete partidos que faltan para luchar por la tercera plaza

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