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Un momento de la visita de ayer. / Antonio Tanarro
Zuloaga y la defensa del toreo
SEGOVIA

Zuloaga y la defensa del toreo

María Rosa Suárez Zuloaga, nieta del pintor eibarrés, impulsa la apertura de un museo taurino en Pedraza

CARLOS ÁLVARO

Jueves, 15 de marzo 2012, 14:26

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¿Sabían que Ignacio Zuloaga, el gran pintor Zuloaga, hizo sus pinitos como torero en sus años de juventud? Pues bien, su nieta María Rosa instalada desde el mes de octubre en el castillo de Pedraza donde ha mejorado y enriquecido el museo dedicado a su abuelo quiere dar a conocer la aportación que el artista vasco hizo a la tauromaquia, a la que siempre defendió porque consideraba que se trataba de un auténtico arte. Así, el próximo 31 de marzo, a las 18:00 horas, abrirá sus puertas en Pedraza el Museo Taurino Ignacio Zuloaga, que exhibirá la colección de trajes, objetos y documentos relacionados con el mundo del toreo que el pintor eibarrés conservó hasta su muerte.

María Rosa Suárez Zuloaga, depositaria de ese tesoro, ha sido la impulsora de la idea. Quiere difundir la memoria de su abuelo, su obra, su personalidad, sus gustos, sus aficiones, pero también contribuir a la dinamización de Pedraza de la Sierra, pueblo que el pintor eligió por su encanto y belleza.

«Se trata de auténticas reliquias que el abuelo guardó y que yo me he preocupado de cuidar a lo largo del tiempo, rescatándolas incluso del deterioro que algunas sufrían. Hay trajes de torero, los vestidos que utilizaron las modelos que posaron para él, en fin, objetos muy significativos que nos transportan a su época y reivindican la vigencia de la fiesta del toreo, del arte del toreo», señala María Rosa Suárez Zuloaga.

Para la puesta en marcha del museo, la nieta del pintor ha contado con la colaboración de la peña taurina de Pedraza. «En Segovia, en sus pueblos, existe verdadera afición por el mundo del toro. Que en la provincia haya más de veinte peñas taurinas no es una causalidad. Y es algo que debemos cuidar. La afición taurina del abuelo está muy presente en su obra. Él llegó a torear en capeas, en las fincas de sus amigos, y ayudó sin dudarlo a jóvenes toreros que empezaban a abrirse camino. El Museo Taurino Ignacio Zuloaga es algo muy necesario. Yo he querido sacarlo del castillo e instalarlo en la Hostería del Pintor Zuloaga, con el fin de darle más popularidad y favorecer de alguna manera las visitas al pueblo».

En el museo, que aún no ha sido instalado en su totalidad, hay un documento que prueba la defensa sin fisuras que Ignacio Zuloaga hizo de la fiesta nacional a lo largo de su vida: «Él defiende la fiesta porque considera que es un arte más. Siente fascinación por el toreo, pero también por el ritual, por la ceremonia que rodea a la fiesta. Y pinta un cuadro, 'La víctima de la fiesta', como homenaje al caballo, que en ese momento salía al ruedo sin protección y era la primera víctima que se cobraba el festejo».

Emotiva visita

La de ayer fue una jornada especial para María Rosa Zuloaga. El museo taurino marcha viento en popa y el día 31 de marzo estará listo para la inauguración, pero la nieta del recordado pintor recibió la entrañable visita de un grupo de amigos, entre los cuales se encontraban el presidente de honor del grupo Vocento, Santiago de Ybarra, y su esposa Mercedes Baptista. Santiago de Ybarra alabó el esfuerzo de María Rosa Suárez Zuloaga y subrayó la «suerte» de Segovia por tenerla tan cerca. «Pedraza y Segovia tuvieron mucha suerte de tener al abuelo Zuloaga y ahora de tener aquí a la nieta, María Rosa, que es una mujer capaz de todo, porque todo lo que se propone lo saca adelante. Prueba de ello es este museo que dentro de unos días abrirá sus puertas. Espero que contribuya a traer a Pedraza mucha gente», señaló el presidente de honor de Vocento. Santiago de Ybarra llegó a conocer al pintor en su propia casa: «Yo era un niño de seis o siete años y lo miraba con muchísima admiración. Lo recuerdo pintando un cuadro a mi abuelo».

Poco a poco, María Rosa Suárez Zuloaga va trasladando a Pedraza la actividad que tenía en Zumaia. «Es lo que pretendo. Pedraza es piedra, muy distinta a Zumaia, pero me voy a adaptando. Aquí he venido desde niña». El pintor vuelve a la primera línea.

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