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Un momento de 'Holberg suite'. / RICARDO OTAZO
Nueva andadura
cultura

Nueva andadura

La Compañía Nacional de Danza baila en Valladolid una coreografía de Martínez

FERNANDO HERRERO

Lunes, 12 de marzo 2012, 15:55

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Esta nueva andadura de la Compañía Nacional de Danza después de la época larga de Nacho Duato, se presenta bajo el signo de lo minimal. Ocho intérpretes, dos y nueve, en las tres coreografías del programa, es por tanto una prueba. La única reciente es el paso a dos de Scarlatti estrenado a principio de este año.

Ballet contemporáneo sobre música de Grieg, armonioso y limpio. Cuatro parejas en combinaciones variadas, con un paso a dos en el tercer tiempo que es lo mejor. Contactos corporales multiplicados, caídas al suelo, conjunción general en una visión abstracta de la danza.

En esta integración de estéticas buscada por José Carlos Martínez el 'Paso de deux' es absolutamente clásico. Bailarina en puntas, portador masculino, solos de lucimiento para ambos. No es excesivamente original pero abre un camino. Interpretación al piano en directo. Grácil y segura Rebeca Connor y suficiente, sin más alardes, Gabriel Barrenengoa.

Lo mejor sin duda, 'Walking Mad', ballet dramático en lenguaje contemporáneo. Un muro con puertas al que se saca un gran partido en sus movimientos. Variedad rítmica, en gestos y pasos en ocasiones descoyuntados, en otras armoniosos, buena utilización de la luz e inteligente y variado vestuario.

Después del ritmo raveliano del 'Bolero' un final pausado, melancólico con la música de Maurice Bejart. Dentro del buen nivel de la Compañía destacaron las bailarinas con sus solos a los que dieron intencionalidad y fuerza escénica. Sin argumento específico esta estupenda coreografía nos hablo del ser humano, su rítmica y su paralela angustia cuando cesan los impulsos sonoros.

Muchísimos aplausos y una esperanza desde el Auditorio Miguel Delibes. El breve programa está bien estructurado y ejecutado.

Comienzo positivo para José Carlos Martínez que tiene ante sí una difícil tarea. Por una parte debe recuperarlas coreografías de Nacho Duato, por otra seguir insistiendo en lo clásico sin desmerecer lo contemporáneo.

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