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Financiación

Una línea de ayudas facilitará a las pymes acudir con aval a concursos en otros países

Iberaval pide a Industria que potencie el sector de las garantías para mejorar el crédito a pequeñas y medianas empresas junto a los autónomos

Julio G. Calzada

Jueves, 8 de marzo 2012, 20:37

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Iberaval, la Sociedad de Garantía Recíproca (SGR) de Castilla y León y La Rioja, considera que existe margen de maniobra para que el sector de garantías en España asuma mayor protagonismo en la recuperación económica del país y, en concreto, en la normalización del acceso al crédito por parte del tejido empresarial, especialmente de las pymes y de los empresarios autónomos. Este es el objeto principal del encuentro que han mantenido este jueves en Madrid el director general de Industria y de la Pequeña y Mediana Empresa, Manuel Valle Muñoz, con el presidente de Iberaval, José Rolando Álvarez, y la viceconsejera de Política Económica de la Junta de Castilla y León, Begoña Hernández.

Álvarez y Hernández han trasladado al director general la necesidad de que las Sociedades de Garantía Recíproca de España cuenten con un marco más potente, fundamentalmente del reafianzamiento de CERSA (empresa pública que reavala las operaciones de estas sociedades), para superar las limitaciones actuales, que reducen al tiempo el efecto multiplicador del sistema de avales, a pesar de la demanda de operaciones que reclama el tejido empresarial, sobre todo en estos años de crisis económica y financiera. Tanto el presidente de Iberaval como la viceconsejera valoran positivamente la receptividad mostrada en la reunión por el representante gubernamental, quien, pese a las restricciones presupuestarias, ha anunciado que buscarán fórmulas que garanticen la función que cumplen las SGR. Manuel Valle se ha comprometido además a lanzar, con la colaboración de Iberaval, una línea de garantías internacionales, que por primera vez permitirá a las pequeñas y medianas empresas (pymes) acceder a concursos públicos en el exterior, gracias a un aval.

Amplio recorrido

Según los datos provisionales del ejercicio 2011, las 23 SGR españolas han formalizado casi 1,3 millones de avales, casi el 50% de la cifra registrada en el año 2009. Este descenso refleja la caída de actividad en los últimos tres años, al tiempo que ha puesto en evidencia también las limitaciones estructurales de las propias SGR. En opinión de los responsables de Iberaval, el riesgo vivo (cantidades pendientes de devolución por parte de las empresas que han formalizado un aval) del sector, que ascendía a finales de 2011 a 5.375 millones de euros, debería multiplicarse, de acuerdo con el desarrollo medio que ha experimentado este sector en los países de la Unión Europea. Para ello, sería imprescindible potenciar la figura de CERSA (Compañía Española de Reafinanzamiento) mediante una reforma de su estatus jurídico y organizativo, así como abrir la capacidad de las SGR a la formalización de avales en el ámbito internacional, atendiendo la demanda de las propias empresas españolas.

Líder del sector

Iberaval es en la actualidad la SGR líder del sector por número de socios partícipes, ya que integra a más de 18.000 empresas de Castilla y León, el 21% del total en España. Las 23 SGR que operan en España formalizaron avales a 110.000 empresas, con un volumen de empleo de casi 900.000 trabajadores, por un importe total de unos 25.000 millones de euros, a un plazo superior a los tres años en la inmensa mayoría de los casos (90%). El 90% de las empresas beneficiadas cuentan con una plantilla inferior a los 50 empleados.

Según el presidente de Iberaval, el sector de garantías en España debería multiplicar al menos por diez el potencial financiero de las sociedades, con el fin de dar una respuesta eficaz a la demanda de las empresas. Ha recordado, en este sentido, que las SGR valoran fundamentalmente la viabilidad del proyecto empresarial a la hora de autorizar una operación, situando en un segundo término la solvencia coyuntural de la empresa. De ahí, ha añadido, que la mayoría de las operaciones se formalicen con un plazo de entre tres y diez años, periodo en el que generalmente se desarrolla un proyecto empresarial viable y, en consecuencia, solvente. Esta peculiaridad, que es clave en periodo de crisis, hace extraordinariamente atractivas a las SGR, muy especialmente para pequeños empresarios y autónomos, que además se vinculan como socios partícipes a la propia sociedad.

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