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Pleno de las Cortes

La Junta sube impuestos, la calle (casi) calla

Herrera mantiene su intención de aprobar la ley que grava los combustibles después de una jornada de muy escasa protesta social

J. I. FOCES

Martes, 28 de febrero 2012, 14:22

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La calle, por la mañana; las Cortes, por la tarde. La calle y las Cortes ofrecieron ayer una singular fotografía de la comunidad autónoma en el que es el peor momento de la economía de Castilla y León, según corroboran todos los estudios financieros. Si mirando esa imagen que ofrecieron la calle, por la mañana, y las Cortes, por la tarde (ahora describiremos la foto) alguien tiene dudas de que es el peor momento económico, el día se cerró con el dato de que el déficit de Castilla y León el año pasado fue de 500 millones, el 2,35% del PIB frente al 1,3 previsto. El dato, aunque se vendiera ayer oficialmente desde el poder ejecutivo como provisional, es alarmante, mucho; y preocupante, mucho.

La foto que ofreció la calle, por la mañana, y las Cortes, por la tarde, no salió movida, pero sí muestra unas aristas harto significativas. Los primeros impuestos que crea la comunidad en sus recién cumplidos 29 años de existencia como autonomía (el sábado fue la onomástica) no han provocado una movilización social de esas que pasan a los anales y que ponen en guardia a los gobiernos.

Tranquilidad para el PP regional, para la Junta y para el presidente de ambos, Juan Vicente Herrera.

Tranquilidad para su consejera de Hacienda, Pilar del Olmo, quien sobresale en este Gobierno autonómico precisamente por su importante papel en la lucha contra la crisis; es difícil hallar más sitios de dónde recaudar y, sin embargo, ella está batiéndose el cobre y, con el mismo mecanismo del macho pilón, erre que erre en su empeño.

Tranquilidad para el ala oeste del Colegio de la Asunción, sede de la Presidencia de la Junta, de donde emana toda la estrategia política del Ejecutivo de Herrera que le coordina su consejero de la Presidencia y portavoz, José Antonio de Santiago-Juárez, quien acaba de colocar dos piezas importantes en el tablero institucional de ajedrez (en los consejos de Cuentas y Consultivo), de su máxima confianza y, por tanto, de la de su presidente.

El protagonista charro

La calle por la mañana dejó la foto de una protesta desigual dentro de un perfil bajo. Pese a la convocatoria de las asociaciones de transportistas y de las gasolineras, estas con una hora anunciada de cierre, fueron constantes las reacciones de usuarios y de trabajadores en algunos casos incluso desconociendo que se produciría ese paro. Hasta el 70% llegaron a cifrar la bajada de tráfico de camiones durante una hora. Pero la foto de la calle quedaba lejos de ese porcentaje.

Incluso la protesta de taxistas fue desconvocada en Salamanca, pero no llegó tal noticia a todo el sector y Manuel Ángel Martín, taxista de La Alberca, se convirtió en protagonista de la mañana al ser el único manifestante en Salamanca. «Ejerzo mi derecho a la queja», aseguró a modo de autojustificación para el autoconvencimiento después de haberse hecho una elevada cantidad de kilómetros para sumarse a un paro que no se desarrolló como estaba previsto.

Sin embargo, la foto de la calle en Castilla y León sí dejó al mediodía una circunstancia que no estaba convocada: largas colas en algunas gasolineras de determinadas ciudades debido a que los propietarios de muchos coches quisieron llenar ya el depósito con ánimo de prevenir. ¿Qué? Pues un hipotético desabastecimiento de combustible a causa de que en la medianoche de mañana, miércoles, en el paso al jueves, el combustible cueste ya 4,8 céntimos más o, lo que es lo mismo, tres euros más de media en el llenado del depósito.

La foto del Parlamento

La tarde fue espacio para la foto de las Cortes regionales. A la tranquilidad para el PP, la Junta y el presidente de ambos, Juan Vicente Herrera; a la tranquilidad para la consejera de Hacienda; a la tranquilidad para el ala oeste del Colegio de la Asunción, se unió la tranquilidad para el consejero de Sanidad, Antonio Sáez Aguado, por el pacto alcanzado con los médicos: mantendrán su horario actual y las guardias, aumentando 2,5 horas como el resto de empleados públicos regionales, y a cambio desconvocan la huelga. Alivio en el Colegio de la Asunción: la foto de los centros de salud y los hospitales sin consultas preocupaba en el primer centro de poder de la comunidad autónoma. Alivio sanitario. El flanco médico está a salvo. Muy a salvo. El consejero de Sanidad maneja bien las técnicas políticas. Es un alumno aventajado del ala oeste del Colegio de la Asunción, en la que pasó los cuatro años de la anterior legislatura.

Con ese acuerdo en el bolsillo y con la foto de la calle por la mañana, el presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, afrontó el cara a cara con el socialista Óscar López.

Mi pregunta, mi debate

El líder socialista autonómico le ha cogido las vueltas bien cogidas a esto de preguntar al presidente. Pregunta qué hora es pero se explaya en hablar del tiempo. Es decir, formula una pregunta y aprovecha para hacer su debate. Es el segundo pleno en el que lo hace. Ayer preguntaba por el blindaje de los servicios públicos regionales, pero aprovechó para tratar de debatir sobre la ley que hoy santificará la creación de los primeros impuestos regionales y la subida de otros. Pidió, así como suena, la retirada de esa ley. Sabía que le iban a contestar que eso, ni en broma, pero fue hábil a la hora de plantear el tema. Para López, la necesidad de más ingresos para financiar los servicios públicos (ojo, la subida de la gasolina tiene carácter finalista, es decir, solo puede ser destinada a pagar la Sanidad, pero desde la Junta se olvidan de matizar ese nada baladí matiz) no es de la comunidad. «Yo sé que su gobierno necesita ingresos», le soltó al presidente. Mensaje lanzado, objetivo conseguido. Logró que sobrevolara que es cuestión de gobierno, no de comunidad (un detalle de peso cuando se trata de que el contribuyente se rasque más el bolsillo) y se ofreció para un pacto sobre el blindaje de servicios. En un segundo turno trató de remachar el clavo: «Si se lee su discurso de investidura, usted mismo se sonrojará», le dijo a Herrera para volver a atacarle por una subida y creación de impuestos que no estaba en los peores análisis de 2010.

Zapatero, Ridruejo, Granado

Cuando un dirigente popular está herido, incluso parece que puede llegar a tambalearse por los golpes de la oposición (no fue el caso ayer), siempre puede recurrir al recuerdo de Zapatero. Herrera usó esa arma ayer pero, eso sí, después de dar cumplida respuesta al debate que quería López. A la propuesta de este de pactar el blindaje de servicios esenciales (sanidad, educación, dependencia, para que siempre tengan recursos suficientes en los presupuestos públicos por mucha crisis que haya), el presidente espetó a López que mal puede pactar con quien se niega a reconocer que en esta comunidad se prestan con calidad, como corroboran importantes organismos nacionales desde la época del Gobierno socialista.

Y en lo de la subida de impuestos... Primero, golpe al PSOE por los cinco millones de parados y sus familias, «que dejó Zapatero». Y sobre que haya que recargar los combustibles para pagar la Sanidad o mantener abierta Garoña para no generar más paro en la región, el presidente echó mano de dos colaboraciones en prensa del exparlamentario del PSOE Zenón Jiménez Ridruejo (en este diario) en la que decía que el PSOE tiene que apoyar el 'céntimo sanitario' para pagar la Sanidad o que Garoña ha de mantenerse activa hasta 2019 como ha escrito, dice Herrera, el exsecretario de Estado de Seguridad Social con Zapatero, Octavio Granado.

La calle, por la mañana; las Cortes, por la tarde. La foto de ayer fue la de una comunidad que hoy tendrá aprobados sus primeros impuestos autonómicos. Entrarán en vigor en la medianoche de mañana.

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