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Alicia Alonso posa en su estancia vallisoletana./ GABRIEL VILLAMIL
Alicia Alonso promete «entregarme a la danza hasta vivir 200 años»
Valladolid nombra Embajadora del Calderón a la bailarina cubana

Alicia Alonso promete «entregarme a la danza hasta vivir 200 años»

El Ballet Nacional de Cuba que dirige interpreterá durante tres días su 'Giselle' en el coliseo vallisoletano

A. Corbillón

Martes, 22 de noviembre 2011, 21:50

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Recibe en su suite del hotel delante de un gran ventanal. Pero son sus ojos ciegos los que expanden la luz. Dentro de un mes cumplirá 91 años, pero está comprometida a «vivir 200 años, solo para ofrecer y enseñar la belleza que puede transmitir la danza». Alicia Alonso llega a Valladolid antes que el Ballet Nacional de Cuba que dirige y que representará 'Giselle' entre el 23 y 25 de este mes. Respecto al homenaje previo del Ayuntamiento, que la ha nombrado Embajadora del Calderón y, a pesar de haber recibido ya más de 150 premios y homenajes, insiste en que «uno nunca puede cansarse de recibir galardones, cada uno es como si fuera el primero». Bajo la tutela y ayuda de su marido y director del Museo Nacional de Danza de Cuba, Pedro Simón, el 'lazarillo' de esta mujer que empezó a perder la visión a los 19 años, Alonso se emociona cuando se le pregunta qué 'Giselle' podrán ver los aficionados vallisoletanos. Ella, que maravilló dando vida a esta pieza durante más de 50 años (hasta bien cumplidos los 70 años) promete «una obra bella, como si el espectador respirara aire fresco y vida. A lo mejor sin darse mucha cuenta después, pero saldrá del teatro con más ganas de vivir». Cuando oye la palabra 'Giselle' no puede evitar emocionarse. «Eso es tocar una tecla muy especial para mí. Es una gran historia romántica tan bella y especial. La bailarina es real en el primer acto pero un espíritu en el segundo, y por eso tiene que flotar, ser muy frágil y el público debe sentir que flota».

La edad no es impedimento para la entrega total y absoluta al arte de esta mujer que viaja por el mundo acompañando a su compañía y ofreciendo su magisterio. «Ser y sentirse útil es lo más grandes que nos puede pasar en esta vida. Todos somos necesarios». Dotada de un «sexto sentido», ese que le permite percibir lo que sus ojos hace muchos años no alcanzan a ver, señala a su cabeza para explicar desde donde sale toda su capacidad de percepción. Ella lo ve todo en ese arte «el ballet, que lo tiene todo: teatro, pintura, el movimiento y dominio del cuerpo y tiene música, además de una historia y algo que decir». Alonso lo dice todo con las manos, que ven y hablan por ella. Y promete «seguir viviendo la vida como un regalo, aunque sea un regalo que yo misma me he dado. Porque he luchado al máximo por buscar la perfección. Pero tengo tanto que agradecerle que quiero compartirlo con todo el mundo». La medalla de embajadora del Calderón la une a artistas como Concha Velasco, Lola Herrera o Juan Antonio Quintana, que tienen además una placa en los soportales del teatro.

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