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M. A. LAMAS
Jueves, 14 de julio 2011, 23:44
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En las tardes veraniegas no resulta extraño pedir en la barra del bar una menta-poleo. Un gesto tan cotidiano e inofensivo, sin embargo puede resultar perjudicial para las embarazadas. Esos efectos secundarios de las plantas medicinales sobre el consumidor son los que intenta controlar el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Castilla y León, mediante la campaña que acaba de poner en marcha, «Medicamentos a base de plantas medicinales sólo en la farmacia».
Las plantas medicinales contienen principios activos en las hojas, la raíz, las flores, la corteza o los frutos y que son los responsables de su acción terapéutica. Aunque ahora los encontramos en diversos formatos, desde infusiones a cápsulas o pomadas, antiguamente se usaba directamente de la naturaleza, según explicó la vocal de la oficina de farmacia del Colegio de León, Magdalena Sánchez.
Los farmacéuticos explican que los productos tradicionales generados a partir de plantas que no se hayan registrado en la Agencia Española Medicamento no tienen consideración como tal, pueden adquirirse libremente, aunque está prohibida su venta ambulante y no contienen prospecto ni pueden hacer referencia a propiedades terapéuticas.
Pero los medicamentos tradicionales a base de plantas son medicamentos que sólo se pueden adquirir en farmacias, con su calidad, eficacia y seguridad garantizadas. No necesitan receta y son de consejo farmacéutico.
Un mal uso de los medicamentos generados a partir de plantas puede dar lugar a «problemas de salud no esperados». Es necesario contar siempre con el farmacéutico profesional sanitario que conoce las cualidades del producto y aconsejará al paciente sobre el tratamiento.
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