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Los nueve acusados, todos ellos pertenecientes al clan del Pelos, de Barrio España, durante el juicio celebrado en junio en Zaragoza. / ESTHER CASAS-EL HERALDO DE ARAGÓN
Tres condenados de un clan de Barrio España por asesinar a un narcotraficante en Zaragoza
VALLADOLID

Tres condenados de un clan de Barrio España por asesinar a un narcotraficante en Zaragoza

Los criminales cumplirán penas que suman cien años por torturar y matar a la víctima para robarle 12 millones

J. SANZ

Martes, 14 de julio 2009, 12:10

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«Está clara de manera meridiana la voluntad de matar de los acusados», recoge expresamente la sentencia dictada ayer por la Audiencia Provincial de Zaragoza, que condena a penas que suman cien años de cárcel a tres miembros del clan vallisoletano del Pelos, originario del Barrio España, por asesinar de un tiro de gracia en la cabeza a un conocido traficante de la capital aragonesa después de torturarle para intentar que desvelara el paradero de 12 millones de euros. Los hechos ocurrieron entre los días 28 y 29 de marzo del 2006. Justo un año después fueron detenidos nueve integrantes de la familia merchera. Seis de ellos, incluido su cabecilla, F. A. S., fueron absueltos por el alto tribunal.

Los tres asesinos, en compañía de un cuarto implicado que nunca pudo ser identificado -sólo se conoce su alias: El Vaqui-, viajaron en una furgoneta desde Valladolid a Zaragoza aquel 28 de marzo en busca de Alberto Díaz, 'el Manitas', un traficante afincado en aquella ciudad del que sospechaban que guardaba 12 millones de euros de una partida de heroína. Los delincuentes abordaron a la víctima por la calle y le introdujeron en el vehículo, donde un sicario argentino, Fernando A. A., 'el Máquina', de 36 años, se empleó a fondo para sonsacarle información a cuchilladas, recoge el fallo.

No debió decir ni palabra y eso llevó a los raptores a acudir a su domicilio de la capital zaragozana. Allí no encontraron nada y la 'comitiva' se trasladó a la localidad de Pinseque, cercana a la ciudad, para registrar una segunda casa de su propiedad al día siguiente. Ya de madrugada, y después de reunir un escaso botín de 18.000 euros, unas joyas de oro y tres móviles, los secuestradores decidieron poner punto y final a más de 24 horas de torturas. Uno de los ahora condenados, Francisco Javier A. M., de 33 años -natural de Barrio España y vecino de Laguna de Duero-, relataría después por teléfono a un allegado como El Manitas «estuvo tres horas de agonía» y que «había sufrido mucho el 'mullao (fallecido)'».

Escuchas telefónicas

Las escuchas telefónicas jugaron un papel importante a la hora de detener a los sospechosos un año después del crimen -el 14 de marzo del 2007- gracias también a un error del clan al coger a nombre de uno de ellos el hotel en el que pasaron la madrugada del 28 de marzo del 2006 antes de ir en busca de la víctima por la tarde. El fallo puso sobre su pista a los policías.

De vuelta a la madrugada del crimen. Los raptores, que llevaban más de un día entero acuchillando y golpeando a Alberto Díaz, decidieron ir más allá y el sicario argentino le disparó en una rodilla. El Manitas no cantó o puede que ni siquiera tal cantidad de dinero y, al final, recibió un tiro de gracia en la parte posterior de la cabeza. «Le dispararon a cañón tocante o muy próximo», prosigue la sentencia. Su cuerpo fue arrojado poco después en una «acequia de riego próxima (ubicada en Garrapinillos) entre unos cañaverales y a un metro de profundidad».

Nadie sospechó de ellos durante semanas dado que el cadáver no fue localizado por un agricultor hasta el 22 de mayo siguiente. La ausencia de Alberto Díaz, condenado a diez años de cárcel en 1998 por traficar con dos kilos de heroína y exonerado después por su grave estado de salud -era toxicómano y padecía cáncer y sida en fase terminal-, pudo pasar desapercibida de no ser por el hallazgo.

Número de serie borrado

Aún así, fueron necesarios otros diez meses de investigaciones hasta que se llevó a cabo una redada en seis domicilios del clan, repartidos entre la capital (Barrio España y La Overuela), Cabezón de Pisuerga, Laguna de Duero y Zaratán, y se detuvo a los sospechosos. En sus casas encontraron el arma empleada -una Llama M-82 de 9 milímetros con el número de serie borrado-, las joyas y las tarjetas de los móviles del fallecido.

Los tres condenados -el tercero es un vecino de Cabezón, Rubén M. S., de 31 años- lo fueron por delitos de asesinato, retención ilegal y robo. Al autor material, el sicario argentino, le imputan también la tenencia ilícita del arma.

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