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Ejemplares expuestos en la Encarnación./ LUIS CALLEJA
Hongos, de la satanización al laboratorio
ZAMORA

Hongos, de la satanización al laboratorio

Los expertos que asisten a las jornadas micológicas de Puebla ensalzan el uso médico y grastronómico de especies tradicionalmente denostadas

ARACELI SAAVEDRA

Lunes, 2 de marzo 2009, 09:12

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El catedrático de Micología de la Universidad de Valladolid Juan Andrés Oria de Rueda liga la importancia del ganado y los movimientos transhumantes en su justa medida a la pervivencia de determinadas especies de hongos, y precisamente la desaparición de la ganadería incide en la desaparición de especies ligadas a ella. Así lo señaló en su ponencia sobre Selvicultura Micológica en la Comarca de Sanabria, en el desarrollo de las conferencias enmarchadas en las Jornadas Micológicas de Puebla de Sanabria, celebradas en el Parador de la villa, organizadas por el Ayuntamiento de Puebla.

Juan Andrés Oria precisó que algunas de las especies incluidas en el Libro Rojo, y en riesgo de desaparición, son especies «ligadas a la ganadería, a la descomposición de los excrementos». La seta de cardo ha desparecido en algunas zonas porque era una seta ligada a la transhumancia del ganado. Además del abandono de técnicas agrícolas y ganaderas tradicionales los biocidas han contribuido a esquilmar algunas especies. Cada ecosistema favorece la proliferación de un tipo de hongo.

Los incendios para la producción de hongos son negativos. «Alguna vez me han dicho que después de quemar salen más setas, y lo que puede salir es algún carpóforo más, porque realmente es un último suspiro de supervivencia».

Las técnicas de selvicultura fúngica no son complejas aunque requiere el manejo de la densidad de las masas de arbolado, la práctica de claras y podas, tener en cuenta la edad de las masas forestales porque según su antigüedad se producen distintos tipos de hongos. También es aconsejable la apertura de claros y rozas discontinuas en el matorral para prevenir los incendios.

Las quemas controladas, que aunque es un método de mantenimiento rechazado ampliamente por los técnicos, «donde se ha implantado ha sido efectivo porque se han reducido los grandes incendios». Factores que también contribuyen en la selvicultura micológica son el laboreo de las tierras, la ganadería, los riegos, el control estadístico de las poblaciones y las repoblaciones de microrrizas.

Asociadas al chaguado nacen bastantes especies comestibles y aún las tóxicas como la 'amanita faloide' tienen un uso medicinal como antitumoral.

En muchos casos el conocimiento en el uso de las setas proviene de los conocimientos ancestrales.

Setas tóxicas

La cultura popular ha menospreciado las setas tóxicas o venenosas. La seta pipa, 'ganoderma lucidum', ataca la madera pero se utiliza para combatir la enfermedad del sida. La carrilera, o corro de las brujas, nace en los prados que han sido pastados.

Especies como el 'sarcodom imbricatum' que no tienen ningún reconocimiento, en países como Japón se pagan cantidades importantes «y en algunos sitios de León se condimenta como el pulpo».

Augusto Krause Lameiras y Ana María González-Garzo , autores de Flora Silvestre de Castilla y León y grandes expertos en la botánica de la comarca de Sanabria, abordaron en su intervención el uso medicinal de las especies tóxicas como la 'amanita muscaria' y la evolución en la historia como alucinógenos usados por diferentes culturas en ritos chamanes hasta el siglo XX, en que comienza un mayor conocimiento en la investigación de la cura de enfermedades.

En la Península de Kanchaca se preparaba una bebida con amanita 'muchoamore' similar a una que se preparaba en Siberia para afrontar situaciones climáticas extremas, que permitía recorrer largas distancias y combatir el frío, similar a lo que es masticar la hoja de coca en el Perú.

El vicepresidente de la Asociación Micológica Zamorana, Elías Rodríguez Rodríguez, trazó el semblante de la importancia de los hongos en la historia. Así, culturas antiguas hacían uso de determinados hongos. En el IV milenio antes de Cristo, el hombre de Ortiz llevaba en su ajuar tiras ensartadas de 'pictoporus betulinum' y en una bolsa 'fomes fomentarium'. Las pinturas rupestres también son reveladoras del conocimiento para rituales, así en Tessali-n-Ajjer aparece el que los expertos llaman 'Chaman de los Hongos', entre 7000 y 5000 años antes de Cristo.

En Siberia y Kanchaca están documentados desde el siglo XVII rituales con 'amanita muscaria'. Los frailes cronistas documentan a partir del siglo XV el uso de hongos alucinógenos en ceremonias y con usos medicinales, o en culturas como la Maya. En el siglo XX estudios como los del matrimonio Wasson ahondan en la herencia de la sabiduría de los chamanes, como María Sabina, que aportan luz sobre el uso medicinal y la concepción sagrada que había entorno a los hongos, una concepción que da al traste por el interés como alucinógenos.

Anécdotas

La intervención de los restauradores Gloria Lucía Martín y Elías Martín arrancó con una anécdota de Francisca Otero -restauradora y nacida en la Carballeda-, cuando el matrimonio se afincó en Rionegro, el comentario generalizado era que iban a envenenar a la gente porque preparaban 'cacaforras', el nombre vulgar en la zona para designar al boletus o 'betxa', muy apreciado en la cocina vasca.

Gloria Martín apelaba a la educación para enseñar a hacer una recolección adecuada y una regulación para reducir la economía sumergida de un producto que denominó la cenicienta de la cocina. Más esclarecedor fue el testimonio de Elías Martín, que no entendía en 1964 cómo en Suiza su jefe se esmeraba en el cuidado de la preparación de una de las setas que se importaban de Italia «y si las hay en Italia, no las habrá aquí». Así fue como empezó a valorar el interés culinario de los hongos.

Los intermediarios son los que hacen que se paguen cifras importantes por algunas especies, señaló Gloria Lucía.

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