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EDUARDO RODRÍGUEZ
Lunes, 10 de noviembre 2008, 02:26
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Los dueños de lo ajeno destrozaron literalmente, el viernes a mediodía, el interior del convento del Abrojo en Laguna de Duero. Los autores del robo forzaron el candado de la puerta exterior y apalancaron la de entrada al edificio de tres plantas y, a partir de ahí, buscaron todo lo necesario para obtener el máximo rendimiento económico a su acción delictiva. Tanto es así que se llevaron gran parte del cableado eléctrico de las dependencias e incluso las tuberías de plomo, que extrajeron derribando tabiques sin miramientos, pese a ser conscientes de que hacían daño a una de las infraestructuras históricas del municipio. También cargaron con cámaras frigoríficas y otros elementos de la cocina. Los ladrones no tuvieron inconveniente tampoco en hacerse con alguna de las ventanas de aluminio que da al exterior.
Uno de los vecinos que reside por la zona sospechó de la presencia de una furgoneta en el exterior del convento pero no le dio más importancia «puesto que están aumentando la potencia eléctrica por aquí y creyó que se debía a eso», explicó ayer uno de los testigos. Cuando por fin se acercaron al lugar comprobaron la violencia de la que había sido objeto el inmueble y avisaron a los frailes, propietarios de las instalaciones, que actualmente residen en Aldeamayor de San Martín. Las fuerzas de seguridad tratan ahora de identificar el vehículo y detener a los autores de los destrozos.
No es la primera vez que ocurre algo similar. En verano, un grupo de jóvenes fue sorprendido por varios vecinos divirtiéndose a costa de destrozar los extintores y algunas ventanas. En aquel caso hubo más fortuna y los autores fueron identificados en ese mismo momento. En los próximos días, el Tribunal de Menores tomará declaración a los testigos e impondrá la pena pertinente por los daños causados.
Sede del Liceo Francés
Hasta el pasado mes de julio el Liceo Francés se hacía cargo de las instalaciones puesto que allí ofrecía sus programas educativos. A lo largo de los últimos años sus responsables realizaron diferentes intervenciones y mantuvieron a pleno rendimiento dependencias como las cocinas. El simple ejercicio de recordar la vida que tenía el centro hace sólo unos meses contrasta con la triste imagen de ayer, con techos y paredes desprendidos, lavabos destrozados, inservibles elementos de la cocina, extintores por el suelo, suciedad, muebles rotos y un largo etcétera. Los propietarios han establecido negociaciones con el Colegio Internacional en los últimos meses pero el acuerdo, por el momento, no está cerrado.
El convento tiene un indudable valor sentimental, aunque en ocasiones se ha echado en falta una mayor preocupación por salvaguardarlo a él y su entorno por parte de las instituciones. Construido a principios del siglo XV, el convento tiene su historia porque en él ejerció la prelacía San Pedro Regalado. De la construcción original sólo quedan algunos restos de muros, una bodega, la fuente de San Pedro Regalado y el estanque donde el propio San Pedro sacaba agua para regar su huerto.
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