La Protectora de Burgos intenta salir de la crisis con un rastrillo en el Espolón

Voluntarios de la Sociedad Protectora de Animales de Burgos organizan hoy en el Paseo del Espolón un rastrillo para intentar dar un respiro a la economía de esta entidad, que califican de «crítica». Según describió una de sus voluntarias, Cristina Bartolomé, la Protectora tiene unos gastos mensuales de unos 3.000 euros a los que no puede hacer frente con el único ingreso de las cuotas de los cerca de 400 asociados. En este momento, según las cifras que aporta Bartolomé, no puede pagar facturas ni nóminas y tiene una deuda de 8.000 euros.

La situación se ha agravado sin la subvención que solía concederle el Ayuntamiento de Burgos, del que cada año -aproximadamente en el mes de mayo- solía recibir una inyección de 4.000 euros. Los miembros de la Protectora creen que el equipo de Gobierno municipal les está «castigando» por no haber aceptado el emplazamiento propuesto para el futuro centro zoosanitario. El Ayuntamiento había escogido terrenos del antiguo vertedero de Cortes -actualmente se denomina Ecoparque-, junto a una planta de machaqueo de escombros, para la ubicación del centro, pero la junta directiva de la Protectora sostiene que no es un lugar con condiciones higiénico-sanitarias. La Protectora cuida en sus instalaciones de unos 170 animales.