Borrar
Pancartas de protesta en un coche aparcado delante de un concesionario./ A. FARIZA
«Sufrimos dos accidentes por culpa del taller»
VALLADOLID

«Sufrimos dos accidentes por culpa del taller»

A. I. L. es una vallisoletana con un asma grave que compró un coche para «acudir rápidamente al hospital», pero las múltiples averías le impiden sacarlo del garaje

P. R.

Lunes, 4 de agosto 2008, 02:57

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

A. I. L. lleva casi un año de sufrimiento por los problemas que le da el vehículo que adquirió el 20 de julio del 2006.

Ella no conduce, pero sufre asma bronquial severo, es decir, «no puedo tener ni grandes disgustos ni grandes alegrías» y del tiempo que tarde en llegar a un hospital depende su vida. Por esa razón decidió adquirir en Valladolid un coche de alta gama importado de Alemania, para que «cuando me de un ataque mi hijo o mi marido me lleven al hospital en pocos minutos y me puedan poner el respirador».

Precisamente lo que A. I. L. quería evitar, excitarse por disgustos es lo que le está pasando ahora. «Todo empezó hace un año cuando mi marido iba conduciendo y notó algo raro en el coche», relata. Pero fue en enero de este año cuando decidieron llevarlo al taller y, desde entonces, entra y sale continuamente. Las estancias en el taller cada vez de prolongaban más en el tiempo, hasta estar casi un mes, situación que provocó incluso problemas familiares porque el hijo y el marido de A. I. L. tenían que abandonar sus puestos de trabajo con frecuencia para llevarla al médico.

«Por fin hablé con el gerente y me dijo lo mismo que los mecánicos, que era un fallo eléctrico y el coche venía defectuoso de fábrica. Entonces pedí la hoja de reclamaciones para reflejar lo que ellos me habían dicho pero no me la quisieron dar. Me gritaron diciendo que no me tenían que haber contado eso, pero yo presenté la queja», explica. Después de tener el coche tres días en el taller fueron a recogerlo. Pero allí mismo, el coche se quedó parado en el túnel de lavado. Otra vez el coche al taller.

«La siguiente vez que mi coche entró en el taller fue porque se había fundido una bombilla y tenían que cambiarla. Sin embargo, los mecánicos me cambiaron una pieza del motor pero no lo reflejaron en la factura ¡y encima me dijeron que me habían hecho un favor!», explica A. I. L.

A partir de ese momento tuvo otras tres averías y la propietaria está convencida de que «lo han ido arreglando mal, para tres días, para que se me acabe la garantía».

La falta de medio de transporte no sólo es un problema por la enfermedad de A. I. L., sino que pone en juego su vida y la su familia, ya que tanto su marido como su hijo tuvieron dos accidentes debido a que el coche se paró de repente en medio de la vía.

«Ahora tengo aquí el coche, pero al ralentí tiembla y a mi me da mucho miedo. Me han alargado un año la garantía pero mi abogado me ha dicho que eso no es suficiente», aclara. «Fui al Omic porque quería presentar una denuncia, pero me dijeron que, como los del taller no se han negado en ningún momento a arreglarme el coche, no serviría de nada. Yo lo que pido es un coche nuevo, o el dinero íntegro», sentencia A,. I. L.

Desesperados

La desesperación de muchos usuarios provoca situaciones como la que se registró hace un mes cuando Fernando Zarzosa, harto de esperar una solución para «el defecto de fábrica» de su automóvil decidió encerrarse en el concesionario donde lo había comprado como protesta. El día 13 de este mes, otro propietario de un turismo decidió estacionar su automóvil en la puerta del concesionario donde lo adquirió. En las ventanillas del coche dos carteles rezaban: «Un turbo 23.000 kilómetros, se rompe y a pagar de tu bolsillo», también como queja contra el taller.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios