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Un hombre se duerme en una reunión. / EL NORTE
Dos de cada diez vallisoletanos sanos tienen problemas de sueño durante el día
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Dos de cada diez vallisoletanos sanos tienen problemas de sueño durante el día

Un estudio del Río Hortega sobre 1.512 personas, el primero hecho en España, revela que la somnolencia diurna provoca la sensación de falta de salud y de calidad de vida El 71% de la población asegura que descansa bien durante la noche

ANA SANTIAGO

Domingo, 4 de mayo 2008, 02:29

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Aunque lejos de las patologías graves del sueño como el insomnio o la narcolepsia, los problemas de somnolencia durante el día se relacionan con una mala calidad de vida o, al menos, con una percepción subjetiva de falta de salud y de cansancio.

El 'caerse de sueño', casi en cualquier momento y lugar que lo permita, al menos por unos segundos, no es un problema grave de salud ni se interpreta como una necesidad asistencial; aunque es síntoma de que algo no marcha bien del todo. Probablemente esta limitada importancia sanitaria ha hecho que, en España, no haya ni un estudio que cuantifique estos casos.

El Río Hortega ha reparado esta carencia y ha realizado una investigación sobre 1.512 personas de Valladolid, tanto de la capital como de la provincia, para conocer cuántas personas padecen somnolencia diurna y cual es la percepción de su estado de salud. Este estudio ha permitido constatar que dos de cada diez personas sufren somnolencia diurna ligera y una de cada cien, moderada. Estas cifras son inferiores a las de Estados Unidos pero superiores a las de otros países como Japón o Australia.

La investigación desarrollada por el Servicio de Medicina Interna del Hospital Río Hortega ha sido realizada por el doctor Fernando Pérez Fernández como tesis de la Facultad de Medicina leída a finales del pasado año y dirigida por Juan Carlos Martín Escudero y Javier Mena Martín.

El trabajo, para el que se recogieron los datos entre el 2002 y el 2003, es un estudio epidemiológico transversal y descriptivo con población de 16 a 85 años del área Oeste de salud, la correspondiente a este hospital.

El equipo facultativo trabaja con diferentes cuestionarios de amplia difusión internacional. Así, la escala de somnolencia de Epworth explora la posibilidad de quedarse dormido en determinadas circunstancias a lo largo del día como leyendo sentado, viendo la televisión, en un teatro o en una reunión, como pasajero de un coche durante una hora y sin pausas, acostado a media tarde para descansar, sentado charlando con alguien, en un coche parado por el tráfico durante algunos minutos o sentado tranquilamente después de una comida sin alcohol.

Cuantitativo

El doctor Martín Escudero explica que el estudio «busca conocer estados de somnolencia en principio en población sana, no son pacientes de una consulta del sueño», sólo un caso de los analizados, el de una mujer, resultó tener un problema serio. El estudio «es la somnolencia analizada en la gente que va por a calle, que hace una vida totalmente normal, que convivimos con ella en el trabajo o en los estudios». «Así -destaca este especialista en Medicina Interna- lo que llama la atención es que buena parte de la población general tiene episodios de sueño diurno, echa cabezadas durante el día, el grado de somnolencia es relevante y esto deteriora su calidad de vida». La investigación no busca las causas ni las soluciones. «Eso sería motivo de otro tipo de estudio». «Sacar conclusiones más allá, sería especular», destaca el doctor Martín Escudero.

Aunque, no obstante, acepta que la práctica médica puede indicar como causas posibles un insuficiente sueño reparador nocturno o, al menos, que hábitos saludables como el ejercicio físico o una dieta adecuada y sana mejorarían estas situaciones; pero «realmente no sabemos por qué estas personas se duermen durante el día, seguramente haya otras con su mismo estilo de vida y no les ocurra». «La hipótesis etiológica no es posible con este estudio», destaca.

La investigación constata que este problema afecta más a los hombres (23,1%) que a las mujeres (15,3%). Y en una mirada sin distinción de sexos apenas hay diferencias por edad. Así, el 21,7% con somnolencia diurna es menor de 36 años; entre dicha edad y los 64 años, afecta al 17,7% y vuelve a subir por encima del 19% a partir de dicha edad. En un análisis separado por sexos, en el caso de las mujeres, la correlación entre estos problemas y la menor edad es más llamativa, de cuatro puntos de diferencia, que en el de los varones.

Despertar nocturno

Los datos de la muestra también apuntan a que el 71% de las personas no tienen dificultad para dormir. Sin embargo, el 48% presenta al menos un despertar nocturno y, el 51,5%, indica que se levanta muy temprano.

En cuanto a la relación entre la calidad del sueño y la antropometría, entre los individuos con sobrepeso u obesidad la prevalencia de este problema es significativamente superior. Sin embargo, en el análisis de la llamada obesidad central, es decir, el exceso de grasa en torno a la cintura y la cadera, no se ha podido establecer relación alguna. Este dato es relevante en cambio para otros factores como el riesgo de accidente cardiovascular con el que se relaciona positivamente.

El doctor Martín Escudero insiste en este sentido que el estudio revela esta correlación pero no permite presuponer que si estas personas adelgazaran fueran a mejorar su calidad de sueño o superaran estos episodios diurnos.

La investigación utiliza además del test de Epworth otros cuestionarios como el SF-36 que permite valorar como el grado de salud limita las actividades físicas tales como el autocuidado o el caminar o bien interfiere en el trabajo y otras actividades o explora la intensidad del dolor corporal, la vitalidad, el papel emocional, la salud mental o la evolución del estado general declarado por el encuestado, hasta alcanzar ocho conceptos que permiten evaluar la percepción de la salud de una persona.

Calidad de vida

En todos ellos, la población sin problemas de somnolencia ha puntuado más alto que la que tiene este trastorno diurno, en especial en cuanto a la vitalidad, es decir el sentimiento de tener energía frente al de estar cansado, y el de 'función social' o el grado en que los problemas de salud física o emocional intervienen en la vida social habitual. En ambos casos, la diferencia supera los cuatro puntos. Las menores distancias se detectan en la valoración de la salud mental.

El trabajo también destaca mayores porcentajes en cuanto a experimentar problemas en el cuidado personal, dolor o ansiedad en las personas con somnolencia.

El trabajo analiza la calidad de vida relacionada con la salud en la población adulta de Valladolid y su relación con la calidad del sueño y la antropometría y se ha llevado a cabo de forma simultánea con otras investigaciones sobre la prevalencia de los principales factores de riesgo cardiovascular y su influencia sobre la calidad de vida y la salud, es el llamado Estudio Hortega que ya hizo públicos sus resultados sobre la adicción al tabaco o la situación de la diabetes en esta provincia, entre otros estudios.

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