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Una de cada cuatro denuncias por robo con intimidación es falsa o exagerada

La Policía Nacional investiga cada año 600 delitos, como tirones o atracos, y esclarece el 90% de los casos fraudulentos por confesiones de los autores para evitar ir a juicio Las aseguradoras detectan tres intentos de estafa diarios, en su mayoría por accidentes

J. SANZ

Domingo, 16 de marzo 2008, 02:01

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Las compañías aseguradoras cuentan desde hace años con departamentos específicos contra el fraude que sólo en la provincia detectan nada menos que una media de tres intentos diarios que les ahorran la friolera de 2,8 millones de euros. La mayoría de los defraudadores, sin embargo, logran su objetivo y engordan sus ingresos a costa de la imposibilidad de demostrar la falsedad de sus reclamaciones. La Policía Nacional no es ajena a estas prácticas y considera que una de cuatro denuncias por robos con intimidación (tirones de bolsos, atracos con navaja,...) son falsas o están engordadas en cuanto a las cantidades para lograr beneficios.

«Muchos de estos robos existen, pero en la mayoría de los casos se trata de simples hurtos al descuido e, incluso, pérdidas que los afectados exageran para estafar al seguro», explican fuentes policiales de la lucha contra la delincuencia. El problema es que numerosos seguros del hogar y personales incluyen cláusulas que recogen este tipo de robos violentos. «Los asegurados lo saben y nos hemos llegado a encontrar con mujeres que en los últimos años habían presentado hasta cinco denuncias por robos al tirón del bolso», añaden dichas fuentes.

La picaresca no tiene límites y las supuestas víctimas de los no menos supuestos delitos violentos llegan a realizar descripciones exhaustivas de ladrones inexistentes a la vez que inventan situaciones que en ocasiones rozan el surrealismo. Es el caso e una mujer que hace unos meses denunció que dos individuos la habían abordado a la puerta de un banco cuando iba a realizar un considerable ingreso en efectivo. Los agentes fueron a comprobar las grabaciones de la cámara de la sucursal y comprobaron cómo la oficina estaba cerrada a cal y canto a la hora que había afirmado la denunciante. Caso resuelto.

Dudas razonables

La Policía Nacional investiga cada año una media de seiscientos robos con intimidación y detecta un 25% de casos fraudulentos (150): «Si existen grabaciones o pruebas contundentes -testigos,...- para demostrar el fraude se les detiene por un delito de denuncia falsa, pero en el 90% de los casos demuestras a través de indicios y dudas razonables la falsedad de su historia y acaban retirando la denuncia para evitar someterse a un proceso penal», resumen las fuentes policiales consultadas.

Este último es el caso de un distribuidor de bebidas que a principios de año denunció que le habían sustraído 4.000 euros de la recaudación y, al final, acabó reconociendo que simplemente había perdido el dinero. Su temor era que le echaran del trabajo, pero optó por retirar la denuncia para evitar males aún mayores. El caso quedó así policialmente resuelto y luego depende «del seguro o del afectado -empresa,...- de turno reclamar lo que crean oportuno».

Sólo uno de cada diez defraudadores desenmascarados acaban detenidos, como le sucedió el 29 de febrero a una mujer de 55 años, M. A. A., quien denunció que le habían robado el bolso de un tirón a la salida de El Corte Inglés de Constitución. Las grabaciones de seguridad de comercios del entorno dijeron lo contrario y la víctima pasó a ser acusados de sendos delitos de denuncia falsa y de intento de estafa a la aseguradora. Y todo por tan sólo 150 euros.

Sector automovilístico

Los intentos de estafa al seguro del hogar, como en el caso de los robos con intimidación, o sobre las cosas (comercios -engordar las pérdidas por robo,..-, comunidades de vecinos o pequeñas y medianas empresas) representan, sin embargo, la punta del iceberg (15,8%) de un problema que trae de cabeza a las aseguradoras con especial virulencia en el sector automovilístico. Ocho de cada diez intentos de estafa están relacionados con el parque móvil: simulación de accidentes, exageración de los daños, robos pactados, incendios provocados o lunas fracturadas a propósito, además de lesiones más que abultadas, son la base de los fraudes al seguro, según recoge la agencia de Investigación Corporativa entre las Entidades Aseguradores (ICEA) en su último informe del 2006.

Los profesionales en la detección del fraude de las compañías utilizan una serie de mecanismos para combatirlos pese a que en más de la mitad de los casos los 'mentirosos' no pasan la primera criba de la peritación de daños. Los que lo hacen se ven sometidos a una minuciosa investigación sobre antecedentes, problemas económicos o vínculos familiares entre afectados. Si aún así no surgen fisuras se comprueban si han ampliado sus cobertura antes del siniestro y, por último, se repasa al milímetro la declaración del afectado en busca de contradicciones en su relato sobre lo ocurrido. Los seguros se ahorran así cada año 163 millones de euros.

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