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A. P.
Miércoles, 12 de diciembre 2007, 01:24
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Las continuas lesiones que vienen sufriendo algunos guardametas de la Liga española responden más a una situación concreta, en la que interviene el azar, que a un patrón. «No tiene nada que ver una fractura en un dedo como le ha sucedido a Palop, la fibrosis por varias recaídas en el caso de Leo Franco o la rotura de fibras, normal y corriente, del recto anterior que ha sufrido Alberto», sostiene Pablo Grande, el médico que atiende diariamente a los jugadores del Real Valladolid. «Estamos ante una sucesión de casos fortuitos», añade el doctor.
Al ser una demarcación con tantas características diferentes a las de los jugadores de campo, los porteros se ven expuestos con más frecuencia a algunas dolencias. «Los guardametas pueden tener mayor predisposición que futbolistas de otras demarcaciones a tener lesiones en el recto anterior, por el chut y los saques de puerta. El balón tiene que recorrer más distancia, deben imprimirle más potencia y eso puede influir. Pero creo que no existan factores comunes para que se hayan dado tantas lesiones diferentes a la vez», expone Grande.
Uno de sus pacientes, el veterano portero blanquivioleta Alberto, ya ha comenzado a trabajar con el equipo tras recuperarse de una rotura de fibras. La lesión de Alberto ha provocado que el Real Valladolid sea el único equipo del campeonato que ha utilizado a tres porteros: Alberto, el francés Ludovic Butelle y Sergio Asenjo, procedente del filial.
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