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Ben Haim sujeta a Villa al despejar un balón. / AP
Cañizares evita la goleada, pero no el adiós a Europa
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Cañizares evita la goleada, pero no el adiós a Europa

V. COSTA

Miércoles, 12 de diciembre 2007, 01:35

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Se consumó el fracaso. No se cumplió ninguna de las dos premisas que necesitaba y el Valencia se despidió hasta de la Copa de la UEFA. Como era previsible, el Schalke no falló en su campo ante el Rosenborg, y el Valencia no fue capaz de derrotar al Chelsea en Londres. La nefasta y corta trayectoria europea del Valencia se resume en una última posición de grupo que le despide del continente y le obliga a dedicarse en exclusiva a la Liga para intentar salvar una temporada que ya se ha cobrado una víctima, Quique Sánchez Flores, aunque amenaza a más cabezas.

No hubo milagro, pero al menos el Valencia no fue humillado en Stamford Bridge, donde Cañizares, y la madera -dos remates del Chelsea acabaron en el palo- evitaron una goleada de escándalo. En otro partido para olvidar, Ronald Koeman experimentó sin éxito con jugadores fuera de sitio ante un Chelsea muy superior y si no llega a ser por Cañizares, el Valencia habría recibido un mazazo aún mucho más duro.

A pesar del 4-3-3 que dispuso Koeman, con Vicente incomprensiblemente en la banda derecha hasta los últimos minutos del primer tiempo, el Valencia sólo tuvo un disparo a puerta en ese periodo en el que ya brilló por encima de todos Cañizares. El veterano portero evitó que su equipo fuese ridiculizado y provocó, de milagro, que el Valencia llegase al descanso con la portería a cero. El Chelsea, aun sin Drogba, dio un severo repaso a un conjunto 'ché' que, como es habitual, no funcionó en el medio campo, y en ataque estuvo desaparecido ante un rival que parecía que, por su ánimo y su ambición, era el que se lo jugaba todo.

Así ocurrió desde el pitido inicial, con un Chelsea volcado sobre la portería española que vivió en campo valenciano durante casi media hora, mientras la defensa liderada por Albiol y Helguera intentaba frenar a Shevchenko y se veía torpedeada por los lanzamientos de media distancia de Lampard. Afortunadamente, Cañizares estuvo siempre en el sitio apropiado, a pesar de que el Valencia ya sabía, antes de cumplirse el minuto 20, que con la ventaja que llevaba el Schalke (2-0), ni siquiera le valdría ya una victoria.

En cualquier caso, el triunfo era impensable dada la mentalidad del Valencia, su escaso nivel, y la falta de profundidad y velocidad de sus centrocampistas y atacantes. Con Vicente perdido, Morientes sin recibir un balón y Villa desanimado, Koeman tardó en cambiar al extremo zurdo valenciano por Silva, pero tampoco sirvió de nada.

La mala suerte volvió a cebarse con el Valencia , al comienzo del segundo tiempo, esta vez por los problemas musculares de Villa, que posiblemente se retiró por precaución para no arriesgarse a una lesión mayor cuando espera el Barça el sábado. El conjunto inglés, siempre autoritario con el balón y poderoso en lo físico, no dejó de intentarlo, aunque sin éxito.

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