Pastor apela a las señas de identidad del BM Valladolid

Tiempo para la reflexión y tiempo para la memoria. Hacía muchísimo tiempo que la estadística del BM Valladolid no reflejaba unos números tan lamentables. Tres derrotas en cinco partidos disputados, el noveno puesto en la clasificación y una diferencia de goles negativa (148 a favor por 155 en contra) ha llevado al entorno del equipo a una desagradable sensación de decepción.

El equipo pensado para plantar cara en todos los frentes y hasta para luchar por todos los títulos en juego ha sufrido ya tres 'accidentes' que le pueden llevar a un papel de comparsa, si no llega una fulminante reacción en forma de convincentes victorias.

Juan Carlos Pastor apela a las señas de identidad que siempre ha tenido su equipo y que por esos intangibles que se escapan al raciocinio apenas han aparecido o se han hecho presentes con cuentagotas y en situaciones que finalmente acabaron con derrotas (Barcelona y Ciudad Real).

Más preocupante es la imagen que el equipo ofreció en Logroño, donde una nueva derrota, que no entraba en los cálculos ni del aficionado más gafe y pesimista, debe servir como despertador a un equipo quizá demasiado ensimismado en su caprichoso narcisismo.

Hoy ante el Teucro (20.30 horas. Huerta del Rey) es el momento de ganar, de convencer y de dar una alegría a una afición modélica que, pase lo que pase, siempre estará a su lado y nunca dejará de animar al equipo.