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Un agente de seguridad revisa ayer la mochila a un espectador, en una de las puertas de acceso a la Plaza de Toros.
Los bocadillos como teloneros
PALENCIA

Los bocadillos como teloneros

La prohibición de entrar a la Plaza de Toros con comida provocó protestas

RAQUEL MARTÍNEZ

Miércoles, 26 de septiembre 2007, 03:15

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Las cerca de 7.500 personas que no quisieron perderse ayer el concierto que Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina ofrecieron en la Plaza de Toros de Palencia no pensaron que además de los 'dos pájaros' que salieron al escenario casi con escrupulosa puntualidad iban a competir en protagonismo con algo mucho más liviano. Los cientos de bocadillos que buena parte de los seguidores de los dos artistas llevaron al concierto para recargar fuerzas y afrontar las más de dos horas de espectáculo con el estómago lleno se convirtieron en los inesperados teloneros de Serrat y Sabina.

El espectáculo previo al esperado concierto se vivía fuera del coso de Campos Góticos. Los miembros de seguridad impidieron la entrada al recinto con cualquier tipo de comida, por lo que alrededor de las puertas de entrada a la Plaza, además de las filas de público que aguardaban su turno para hacerse con un buen sitio dentro, se añadían pequeños corrillos de personas que casi se atragantaban comiendo el bocadillo. «A esto no hay derecho. La organización tenía que avisar en la entrada que no se permite el acceso al concierto con bocadillos», señalaba antes de entrar César Conde, mientras apuraba el último mordisco.

Más allá de pequeños incidentes domésticos, Serrat y Sabina consiguieron reunir a más de tres generaciones de público. Desde fieles seguidores de los cantantes que superaban la barrera de los 70 años hasta jóvenes aficionados, como Marta Novis, que esperaba incluirse en la lista de incondicionales que han abarrotado todos los conciertos de la gira.

Había otros, como Santiago Estévez, propietario de un bar en Calabazanos, que había acudido al concierto acompañado por su mujer, sus hijos y su pequeño nieto. Y es que durante toda su vida les ha inculcado el gusto musical por Serrat y Sabina. Pero no iban solos, ya que Santiago llevaba dos libros de cada uno de los artistas con la esperanza de que al final del espectáculo se los pudieran dedicar.

Y los bombines. Esa peculiar seña de identidad que caracteriza a Sabina también se hizo notar en la fría noche que se vivió en Campos Góticos. Y es que a buena parte del público no hacía falta formularles la pregunta que más se repitió ayer: ¿y tú por quién vienes, por Serrat o por Sabina? La respuesta era clara. Los acérrimos seguidores de los dos cantantes agradecían poder verles juntos en concierto compartiendo escenario, canciones y alguna que otra broma.

A los miles de anónimos seguidores que llegaron a Palencia desde otras ciudades como Valladolid o Burgos, se unían también representantes políticos de todos los colores; desde más de quince procuradores socialistas de las Cortes de Castilla y León -con Ángel Villalba a la cabeza- hasta el portavoz del Partido Popular en el mismo organismo, Carlos Fernández Carriedo, y el responsable regional de política municipal de Izquierda Unida, Mariano San Martín.

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