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Mariano se duele en el campo de un golpe mientras un jugador del Burgos B y el colegiado se interesan por su estado. / ANTONIO TANARRO
Menos mal que fue un punto
FUTBOL

Menos mal que fue un punto

La Segoviana logra empatar gracias a un gol de Mato en la segunda parte frente a un Burgos B que llegó a La Albuera con la única intención de defenderse

FERNANDO ARCONADA

Lunes, 17 de septiembre 2007, 03:39

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Todavía hay tardes soleadas en el mes de septiembre, de esas que te obligan a buscar un buen cobijo para evitar las molestias que pueda ocasionar el sol. Quizás por esa razón el autocar del Burgos B aparcó en un buen emplazamiento, para que no se calentara mucho el habitáculo.

No fue el único autocar que se trajo el conjunto burgalés. El otro estuvo sobre el terreno de juego con un esquema ultra-defensivo (defensa en línea de cinco y cuatro más en el centro del campo), tan poco vistoso, tan difícil de acometer, pero que en ocasiones puede dar buenos resultados, como lo sucedió ayer al filial burgalés. Y menos mal, porque pudo haber sido mucho peor y no faltó mucho para que el conjunto visitante diera la sorpresa.

Al Burgos B le bastó esa solidez defensiva. Aguantó bien en la primera parte ante una Segoviana falta de ideas y de velocidad. Es difícil. El conjunto gimnástico era ayer como uno de esos presentadores de programas de entretenimiento por la noche. Ellos presentan, hacen reír, hacen las entrevistas, los monólogos... son los grandes protagonistas. Y eso fue lo que le ocurrió a la Segoviana. Lo hizo casi todo, pero no fue suficiente para ganar.

Y es que estrellarse contra un frontón, recibir el balón y ver que se está rodeado de contrarios, no debe de ser nada cómodo. ¿Qué se puede hacer ante un partido de estas características? Los técnicos dicen que paciencia, que mucha calma, tocar y tocar mucho el balón hasta encontrar la manera de abrir la lata. Sobre el papel y en las charlas queda bien. Otra cosa es en el campo; sobre todo cuando el tiempo pasa y no hay manera. Ni por un lado, ni por el otro; faltaba velocidad y las pulsaciones se aceleran...

Otra de las consecuencias de enfrentarse a un esquema tan defensivo las sufre el espectáculo en sí. A veces es mejor ver la película de por la tarde o dar un paseo, ahora que el tiempo lo permite.

Pocas ocasiones

Con todo, y sin hacer una buena primera parte, la Segoviana dispuso de sus ocasiones, como una de César Bravo, quien tras un buen pase de Txorro por la izquierda, envió el balón alto o un remate de Calleja a la salida de un saque de esquina...

Eso es lo que tuvo el conjunto local en la primera parte. Algún que otro saque de esquina a su favor, pero poco más. Tenía ideas, pero le faltó velocidad para culminar con acierto sus intentos y eso que cargó el juego mucho por banda derecha, asfixiando a Lobera, que fue uno de los jugadores que más tocó el balón. Y si pone bien alguno de sus numerosos centros, se sale. En algunos momentos pecó de exceso de conducción en el balón. Era un monólogo sin premio. El Burgos hizo acto de presencia en esa primera parte en alguna jugada a balón parado, pero nada más. Si esa era su táctica, puede darse por satisfecho porque sus jugadores la siguieron al pie de la letra.

El panorama no tenía visos de cambiar en la segunda parte. Pero cambió y del todo. Avisó el Burgos con una llegada de Oli y a la segunda, el mazazo. Dava sí que dio. Enganchó un lanzamiento lejano, muy ajustado, ante el que nada pudo hacer Andoni Barandiarán. Fue inútil su estirada. Era lo que le faltaba. Y pudo ser peor, porque en pleno desconcierto, Manteca se quedó solo delante del meta gimnástico, quien acertó a despejar con las piernas lo que podía haber sido el 0-2.

Los cambios

Con el gol en contra, reaccionó Carlos Tornadijo. Cambio de delantero por delantero (Cordobés por César Bravo) y Mato por Calleja. Y el equipo empezó a jugar con más velocidad. Una a una fueron llegando las ocasiones. Una jugada de Lobera por la derecha a cuyo centro no llega César Bravo por los tacos de las botas, un lanzamiento lejano de Txorro...

Pero no se conformó sólo con mejorar. Carlos Tornadijo arriesgó en su planteamiento. Debido a que el rival apenas tenía ya presencia ofensiva, quitó a un central (Anel) para jugar con una defensa de tres y dio entrada a Michael. Eso fue ya otra cosa. Más ocasiones, más llegadas... hasta que Mato ganó la partida a la defensa burgalesa y con calidad cruzó el balón ante la portería de Iker. Fue un asedio ante los aplausos de los aficionados y aún quedaba tiempo como para pensar en la remontada. Como mal menor, un punto, que permite a la Segoviana seguir sin conocer la derrota y pensar ahora en lo que le espera el domingo frente al Mirandés. Pero aún quedan días.

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