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La caseta del siglo XIX, tapiada en las últimas semanas, albergaba en su día el sistema de bombeo de agua para las locomotoras de vapor. / J. S.
Venden como chatarra la máquina del siglo XIX que bombeaba agua al tren desde el Puente Colgante
GOLPE AL PATRIMONIO HISTÓRICO

Venden como chatarra la máquina del siglo XIX que bombeaba agua al tren desde el Puente Colgante

Los Amigos del Pisuerga limpiarán mañana las toneladas de basura que dejaron los últimos inquilinos de la caseta

J. SANZ

Lunes, 28 de enero 2013, 10:19

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El patrimonio ferroviario de la capital ha sufrido un nuevo revés con la desaparición de una máquina de vapor del siglo XIX, encargada en su día de bombear el agua del Pisuerga para llevarla a la estación del Norte y que albergaba una vieja caseta situada a los pies del Puente Colgante. Lo más sorprendente de este caso es que la infravivienda, propiedad de Adif el gestor del patrimonio de Renfe, estuvo habitada por una familia hasta hace unos días y, al parecer, fueron ellos mismos los que desmontaron este mecanismo más que centenario para venderlo después como simple chatarra.

Así lo han confirmado tanto fuentes municipales como de las asociaciones de los Amigos del Pisuerga y de los Amigos del Ferrocarril (Asvafer). Todos coinciden en lamentar el «expolio» y recuerdan que los residentes podían, incluso, haber estado pagando algún tipo de alquiler a Adif vivían de la caridad de los franciscanos y de las agustinas durante su estancia.

Sea como fuere, lo cierto es que la caseta, que ahora se encuentra literalmente al borde de la ruina, estuvo habitada durante más de una década con el permiso o la inacción, como mínimo, de los propietarios, que tras la marcha de los inquilinos se limitaron a tapiar puertas y ventanas sin retirar siquiera las toneladas de basuras carcasas de televisores, muebles, colchones, viejas cintas de vídeo VHS... que dejaron en la parcela.

Pozo junto al parque infantil

Este periódico intentó contrastar la versión de lo ocurrido en este inmueble, presumiblemente catalogado, por parte de Adif sin obtener una respuesta en los últimos días.

La proximidad de este vertedero y de la antigua toma de captación del agua un pozo abierto de más de dos metros de profundidad a un parque infantil y al colegio de las Agustinas llevó a los integrantes de los Amigos del Pisuerga a interesarse por la situación de estos vestigios ferroviarios. «El pozo de piedra de la toma del río supone un auténtico peligro para los niños, además de las basuras del patio, y por eso pedimos permiso al Ayuntamiento para tapar ese boquete con una rejilla y limpiar el exterior de la caseta», resume el presidente de la agrupación, Luis Ángel Largo. Así que serán sus voluntarios, al final, los que adecenten el entorno este mismo domingo por la mañana.

La operación cuenta con el beneplácito de la Concejalía de Medio Ambiente, que colocó ayer tres contenedores de obra en la parte posterior de la caseta para facilitar la tarea. Su titular, Jesús Enríquez, reconoce la «impagable labor de los voluntarios de la asociación» y recuerda cómo el propio Ayuntamiento inició «conversaciones con el departamento de Patrimonio de Adif para buscar una salida a este edificio histórico a raíz de la marcha de la familia que estaba alquilada».

«Desguazada por piezas»

El concejal considera que se trata de un «vestigio importante» del pasado ferroviario de la capital y, aunque matiza que «está muy deteriorado», muestra su disposición a «buscar una solución consensuada para adecentarlo y ponerlo en valor».

Eso mismo intentaron años atrás desde la Asociación Vallisoletana de Amigos del Ferrocarril (Asvafer), cuyo tesorero, Jacinto Pérez, recuerda cómo llegaron a «pedir presupuesto hace años a una empresa de grúas para desmontar la máquina de vapor y conservarla». Eso ocurrió en torno a 2006. Pero es que ya entonces «apenas quedaba nada que desmontar porque la habían desguazado para venderla por piezas como chatarra».

El experto asegura que era una «pieza de mucho valor», ya que esta maquinaria se construyó en la segunda mitad del siglo XIX en paralelo a la llegada de las primeras locomotoras de vapor en 1864 con la misión de bombear el agua del río y llevarlo a las 'aguadas' de la estación. «Aquellas máquinas necesitaban mucho agua y por eso solía haber estos mecanismos en casi todas las estaciones».

En uso hasta 1940

Este sistema de bombeo se abandonó en los años cuarenta, ya en el siglo XX, al imponerse las locomotoras eléctricas a las de vapor.

Y si hace siete años no fue posible recuperar nada de aquella maquinaria, a día de hoy literalmente solo queda su recuerdo, además del citado pozo con la compuerta de captación, un depósito adosado a la caseta y el propio edificio en sí. «Cuando preguntamos nos dijeron que lo habían vendido todo», confirma el presidente los Amigos del Pisuerga.

Luis Ángel Largo reconoce que «ahora hay poco que salvar», pero destaca que han conseguido «documentar su valor histórico» y aclara que su intención, como mínimo, pasa por «adecentar este espacio, conseguir que el Ayuntamiento lo ilumine como es debido, colocar un cartel con su historia, vallar el perímetro y, por ahora, eliminar los riesgos que suponen el edificio y el pozo para los niños». Ellos mismos preguntaron a Adif por una posible cesión para guardar allí su material y, aunque les «dijeron que lo podían alquilar», el portavoz de la asociación señala que «es algo inviable porque no tenemos presupuesto para eso y porque está en ruinas».

La limpieza que realizarán los voluntarios mañana será el primer paso para recuperar este espacio.

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